He esperado más de dos meses para que el eco del ruido se extinga, porque si escribiera desde el enfado sería sin duda mucho más descortés. Estaría de acuerdo con el notable alto si valorara sólo lo bueno de estos Sanfermines: ha descendido el número de delitos, también el de denuncias por agresiones sexuales. Servicios de limpieza, conciertos, meteorología, ambiente, muy bien.

En lo personal, mi hijo y mi hija un año más han vuelto a casa por San Fermín. ¡Qué alegría!

Creo que en general el vecindario del Casco Viejo se resigna al ruido procedente de lo que se refleja en el programa de fiestas: txarangas, gigantes, encierro, zezenzusko, conciertos, peñas, txupinazo, procesión, pobre de mí.

Tiene muchas ventajas vivir en el Casco Viejo, y asumo una serie de inconvenientes. Por ejemplo, asumo la suciedad, pero me subleva ver a dos asquerosos orinando en un portal de mi calle. Sugiero al Gobierno municipal que modifiquen la normativa y que la sanción por orinar en un portal sea de 500 euros sin descuento alguno, y que se publicite. Tal vez esos cochinos apretarían un poco el esfínter y buscarían un baño.

Suciedad durante San Fermín en la plaza del Castillo. Archivo

Continúo con una declaración: aborrezco las batucadas, esos músicos frustrados que invernan en gimnasio y en fiestas vienen a Pamplona a ensayar su ruido. Aún, si lo hacen desplazándose, aunque sea despacio, es cuestión de paciencia y de mantener a la gata alejada. En una ocasión estaba en el balcón cuando pasaba una batucada, y cuando abrimos la puerta la pobre entró despavorida. Desde entonces mea donde le da la gana. Otra.

También tenemos a los de la txalaparta, todos los años, todas las mañanas, mismo repertorio. Si no los has oído nunca, está bien, pero, joer, al menos aprended algo nuevo.

Y ya he llegado a donde quería llegar: un tipo y un tambor. Un tipo y un tambor amargando la vida a docenas de vecinas. Un tambor pequeño, agudo. Desde el día 6 hasta el 14. Horas y horas. Ese ruido se va apoderando de tu sistema nervioso y finalmente entiendes algunas noticias de la página de sucesos.

Llamamos a la Policía Municipal, sí señora, sí señor, cuando haya agentes disponibles, contestan aburridos, hartas. Pues dónde diablos se meten.

El día 14 de julio me paré mientras unos municipales denunciaban a una pareja que vendía pulseras. Les dije, vivo aquí arriba y estos jóvenes no me molestan en absoluto. Sin embargo, al tipo del tambor llevo todas las fiestas ideando cómo acabar con él. Vale, con su tambor. El agente, molesto, me explicó que los comerciantes protestan porque los de las pulseras no pagan impuestos. Cierto. Y los tamborileros, ¿acaso los pagan?

Por último, y al hilo de lo anterior, decir que entiendo me hayan subido la contribución un 125%, sé que sin impuestos no existe lo público y también sé que otros no hicieron los deberes, pero, por Dios, cuídennos un poco más.

Señor alcalde, señorxs concejales estupendos. ¿Notable alto? Será para los turistas o para los que vienen de otros barrios o pueblos.

A ver si el próximo año vecindario y ayuntamiento acercamos nuestra calificación.