A 90 minutos del sueño. Tan cerca, y a la vez tan lejos. Pero lo cierto es que Osasuna Femenino se desplaza a Barcelona (19.00 horas) para medirse al Espanyol en la vuelta de la final del play off de ascenso a Liga F con toda la ilusión del mundo. El 1-0 conseguido hace escasos días en El Sadar gracias al gol de Maite Valero es corto, pero no por ello insuficiente.
Pese a estar disputando su primera temporada al frente del banquillo del primer equipo femenino de Osasuna, Josu Domínguez dejó muy claro en rueda de prensa que sabe qué sentimientos pasan por sus propias jugadoras a escasas horas de afrontar el que probablemente es, hasta la fecha, el partido más importante de sus vidas. No perder en la Ciudad Deportiva Dani Jarque, que estará a rebosar de aficionados locales, supondrá un nuevo hito para un equipo que, hasta este temporada, no había conseguido alcanzar la final por el ascenso. El techo estaba en la temporada pasada cuando, clasificadas para el play off, las rojillas cayeron ante un Granada en el que se encontraba Ángeles del Álamo, hoy rival en el bando perico.
Hace siete años Osasuna se proclamaba campeón de la categoría Regional y ascendía por primera vez a Segunda División. Aquella plantilla (formada por: Iara Lacosta –única futbolista que sigue en la primera plantilla–, Paula Capilla, Nerea Salinas, Amaia Iribarren, Lydia Ardanaz, Nerea Otero, Nerea Ayensa, Laura Goñi, Estíbaliz del Río, Bea López, Nerea Moreno, Miren Ollo, María Celigüeta, Maite Inda, Ana González y Luda Ballaz, y dirigida por Joseba Sesma y Gurutz Iriarte) dio el primer paso. Luego, con el cambio de los formatos y el crecimiento experimentado tanto por el club como por el fútbol femenino, la entidad rojilla seguía en la Segunda División nacional (Reto Iberdrola, Primera RFEF...), que cada vez aumentaba su nivel. Así, hasta hoy.
El primer round, como así titularon los medios catalanes, cayó del lado de Osasuna merced al mencionado tanto de Maite Valero, en una partida de ajedrez que disputaron los dos entrenadores desde la banda y en la que Josu Domínguez pudo imponerse a su homólogo Juan Ibarra, que se quedó impresionado del ambiente vivido en El Sadar. A las rojillas les espera un ambiente en contra en el Dani Jarque, donde el Espanyol está intentando por todos los medios conseguir convertir la ciudad deportiva en una olla a presión, una caldera con la que poder dar la vuelta a la eliminatoria. La primera llamada a la afición la hizo el técnico argentino nada más acabar el partido de ida, y el club ha puesto facilidades en entradas. Pero Osasuna no estará sólo. Un grupo de aficionados arropará a su equipo y, quién sabe, lo pueda llevar en volandas a lograr el anhelado ascenso a Primera División. Jugadoras y cuerpo técnico creen en que a la sexta, por fin, sea la vencida.
