Emoción
el partido ante el sevilla hizo vivir de nuevo momentos mágicos de la relación entre los aficionados y su equipo
el partido del miércoles entre Osasuna y Sevilla se ha hecho un hueco en la historia de los últimos tiempos y será recordado por cuestiones emocionales, además de por entrar en la estadística pura y dura. Los que asistieron al encuentro vivieron en directo la primera remontada de dos goles de la historia de Osasuna en casa pero, por encima de todo, paladearon los matices de un partido mágico.
No fue la cita futbolística con la mayor asistencia de la temporada -no se llegó por poco a los 18.000 espectadores (17.921)-, ni tampoco ofreció una recaudación de locura -18.255 euros-, pero necesitados de ilusiones -la de la permanencia-, los aficionados rojillos gozaron de una noche con múltiples sensaciones para todos los intervinientes. Algunos jugadores de Osasuna vivieron por primera vez lo que es El Sadar en plena ebullición y otros, más veteranos, notaron también más que nunca el plus del apoyo excepcional de una grada entregada. Los parroquianos de Osasuna no dejaron de animar en ningún momento y la entrega de los futbolistas respondió con una finalización del encuentro de locura. El Reyno de Navarra pasó de la decepción al abatimiento y de ahí a la inquietud, la esperanza y la emoción en tan breve espacio de minutos que alguno se dejó por el camino unos cuantas canas y una evidente afonía.
Esta temporada de nuevo sufrimiento también está produciendo un efecto satisfactorio en cuanto a que se han estrechado definitivamente los lazos entre equipo y grada. Si se trata de emocionarse, los aficionados quizás deban dejar lo mejor de sí para la última jornada, el día en que se debe festejar la permanencia en Primera. Así es el álbum de la salvación.