Fermín Sabalza, villavés de 31 años, dejó de correr en 2018 porque comenzó a estudiar las oposiciones y dejó de lado su pasión por los encierros. Sin embargo, tras siete años, el 11 de julio volvió a sentir el gusanillo, probó suerte y salió ileso. Por eso, ha repetido esta mañana en el que era su tramo habitual –cuesta de Santo Domingo– sin ver que uno de los toros se había adelantado al resto de cabestros y, en cuanto lo ha visto, no ha tenido tiempo para reaccionar. “He visto el toro encima de mí, me ha agarrado entre las piernas… y a volar”, ha recordado con una sonrisa, bastante aliviado de que la cogida no haya sido más grave. De esta forma, en cuanto ha sido trasladado y le han realizado las pruebas pertinentes, le han puesto cinco puntos en el escroto. “Es lo que menos duele. Lo que peor llevo es el golpe que me he dado en el lateral cuando me he caído al suelo, que he rebotado y todo”, ha confesado.

El villavés comenzó esta carrera sabiendo a lo que se exponía por ser domingo, cuando más gente hay en el encierro, pero “había que arriesgar. He tratado de encontrar un hueco por el que meterme, pero… ha sido imposible. En Santo Domingo tienes que saber que te pueden pasar estas cosas”, ha dicho.

Hasta el Hospital Universitario de Pamplona (HUN) le han acompañado varios miembros de su familia; entre ellos, su hermano, con el que ha corrido esta mañana y uno de los que más susto se ha llevado al ver cómo el toro le ha lanzado por los aires. “Están un poco acostumbrados porque no es la primera vez que me pillan. Aunque el mal trago es para ellos. Yo no había notado la cornada, sentía vergüenza porque me han pillado”, ha bromeado. Pero también le han acompañado muchos amigos: “Tengo el WhatsApp a tope porque he hecho bastantes conocidos en este mundillo que se preocupan mucho”. De hecho, esta pasión que siente por los encierros comenzó con su padre, que fue quien le contagió esa “curiosidad” y se convirtió en uno de los motivos principales que le llevaron a estrenarse en estas carreras con 18 años, tanto en Iruña como en otras localidades navarras. “En Tafalla, por ejemplo, he tenido sustos, pero ahí es donde se aprende a correr bien. Y te la gozas”, ha asegurado. Además de su padre, también “suma puntos” ser navarro y tener amigos ganaderos, gracias a los que ha conocido todavía más de cerca el ámbito taurino. “Es que es algo que está presente en casi todas las fiestas de los pueblos. Y si te llama, te llama”, ha indicado.

A pesar de este susto, valorará si continuará o no corriendo de cara el año que viene, pero ha asegurado que le encantaría continuar en los próximos Sanfermines. “Lo reflexionaré. Por ahora, tengo que estar muy agradecido por lo bien que me han atendido y, también, por la suerte. Estoy muy contento porque, con una cornada en esa zona, podría haber sido cualquier otra cosa mucho peor”, ha expresado.