PAMPLONA. La eficacia y sobriedad que han permitido a Osasuna llegar a estas alturas de la Liga con la permanencia encarrilada y con la opción, inospechada al principio de la campaña, de alcanzar un puesto europeo se podrán en juego esta noche en el primer derbi de la temporada en el Reyno de Navarra ante un rival hinchado por las alabanzas, pero al que bastaría con ganar para dejarle por detrás en la tabla.
Si siempre los duelos entre navarros y vizcaínos adquieren una significación especial, sobre todo para los aficionados para quienes ganar al Athletic supone un extra de motivación, en esta ocasión el choque adquiere un color más brillante por eso de que los dos equipos, contra todo pronóstico, llevan tiempo enredando por la parte noble. Esta noche no habrá exceso de nervios ni de neuronas alteradas por el drama del descenso. Por no haber no ha habido ni mensajes fuera de tono ni las habituales quejas de algunos jugadores de Bilbao sobre lo mal que les reciben en Pamplona. Son demasiados condicionantes para permitir que algo que no sea fútbol puede estropear esta noche de derbi.
La trayectoria de ambos equipos aseguran noventa minutos de intensidad plena, de idas y vueltas, de pelea por cada balón, toques rápidos y repliegue, donde cada uno expondrá sus propios argumentos futbolísticos confeccionados a imagen y semejanza de sus entrenadores.
Unos y otros saben bien de la importancia de los tres puntos en disputa. Para Osasuna pueden suponer la consolidación definitiva entre los conjuntos que se van a jugar los puestos libres para Europa. El equipo ha sabido montarse a tiempo al impulso que dio la victoria ante el Barça y con más resultados que juego dejar atrás la mala racha de comienzo de año. Las dos últimas victorias seguidas en casa deben servir para incrementar la confianza de un equipo que en su terreno sigue siendo de lo más fiable que anda por la Liga.
El técnico rojillo recupera, con respecto al último partido, a sus dos centrales titulares, Puñal y Neko, e introduce en la convocatoria a dos jugadores del Promesas: el centrocampista Raoul, que cumplió con nota el sábado en el empate ante el Mallorca; y Manu Omwu, el delantero ribero al que la plaga de lesiones en la parte de arriba le han dejado como único recambio de Nino.
Son seguros Sergio y Flaño de centrales; Raúl García, Cejudo y Lamah en el medio, pero queda la duda de saber los dos laterales que alineará José Luis Mendilibar ante los problemas físicos que ha atravesado durante la semana Bertrán.
No es menos importante el choque para el Athletic, consciente de que una derrota permitiría a los navarros pasarle en la tabla y alejarle del objetivo máximo que es la Champions. Es seguro que los leones van a tener un ojo aquí y otro puesto en el partido de vuelta ante el Manchester United del jueves, comenzando por su técnico que al término ayer, el único entrenamiento de la semana centrado en el partido en Pamplona, dejó abierta la opción de dejar en el banquillo a Javi Martínez y Llorente con respecto al once titular que dispuso en Old Trafford. Pero si sus jugadores hoy piensen más en el embriagador aroma europeo que les dejó el teatro de los sueños que en el Reyno lo pasarán mal.