Pamplona. Su cabeza le pide vacaciones, desconectar en algún sitio tranquilo y con mucho sol, todo el que su cuerpo sea capaz de asimilar, porque según asegura ha terminado la temporada con ganas de tostarse. Es un chaval tranquilo, con los pies en el suelo, consciente de que ha hecho un buen año pero sabiendo que eso no le garantiza nada para el futuro. Su nombre suena como refuerzo de otras plantillas, aunque de momento su cabeza no piensa en otro equipo que no sea Osasuna.

Seguro que ni en sus mejores sueños podría haberse imaginado completar una temporada así.

No, para nada. Cuando llegué y vi que estaban Asier y Ricardo no me podía imaginar que iba a jugar toda la temporada y que encima iba a salir una buena campaña a nivel colectivo y personal.

¿Qué pensó cuando Riesgo cayó lesionado en el primer partido liguero disputado en el Vicente Calderón?

Estaba mentalizado. Recuerdo que cuando dio la convocatoria para el partido contra el Atlético de Madrid yo estaba preparado para quedarme en el banquillo o para jugar. Si algo aprendí de mi debut en Almería es que hay que estar preparado para ese momento y cuando vi que Asier se lesionaba me dije: 'maestro, al toro'. Y salió bien.

Pero por mucha mentalización, los nervios y los cosquilleos en el estómago no tienen que ser fáciles de controlar en esos momentos.

No hay que ocultar que se sienten nervios, pero la capacidad buena es canalizar esos nervios para que te sirvan en tu objetivo. A mí me sirvieron en el Calderón, estaba con más tensión, más preparado para lo que pudiera suceder en el partido. Cuando salí me ayudaron.

Empezó bien la temporada, pero enseguida llegó la visita al Camp Nou y los ocho goles contra el Barcelona. ¿Pudo dormir esa noche?

La primera noche sí que estuve más reflexivo antes de acostarme, dándole vueltas, porque eran ocho goles y parecía que se caía el mundo, pero cuando me fui a la cama me dije que la vida seguía, que lo importante era levantarse y pensar que cosas así pueden suceder. Así lo demostramos, no solo yo, sino todo el equipo, ya que desde esa derrota nos vinimos arriba.

¿Es de los que en los momentos difíciles buscan el consejo en hombro amigo o de los que por el contrario prefieren digerirlos en soledad?

En mi caso me vino muy bien hablar con un compañero, Patxi Puñal, que pase lo que pase siempre mantiene una línea estable, todo se lo toma con normalidad y yo trato de aprender de eso. Me lo tomé así, lo bueno y lo malo hay que aceptarlo con normalidad.

¿Le dio algún consejo concreto al capitán?

Me dijo que había que seguir, que era un partido más y que levantara los ánimos. Hubo mucha gente que se acercó a animarnos, a mí y a los compañeros, pero me quedo con el cariño de Ricardo, porque al margen de que no fuera convocado, vino a apoyarme y a decirme que tenía que seguir así porque lo estaba haciendo muy bien.

Y Mendilibar, ¿le comentó algo?

No llegó a hablar conmigo, pero a lo mejor vio que seguía entrenando igual, que no había bajado los brazos. Tengo claro que si Mendilibar no hubiera mantenido la confianza en mí todo habría sido muy distinto, porque además tenía argumentos para hacerlo con los dos grandes porteros que tenía en la plantilla. Cualquiera podía haber jugado, pero Mendilibar decidió seguir conmigo.

Y es de suponer que le estará siempre agradecido por ello.

Hay algo que admiro de Mendilibar y es que siempre haya tratado a todo el mundo por igual, desde que llegué en la pretemporada actuó igual con toda la plantilla y si tenía que decirle algo o corregir algo lo decía, independientemente de la edad o de los partidos jugados. Y si no le convencía un jugador, al margen de su nombre, lo quitaba y ponía a otro. Eso es algo muy bueno para una plantilla.

En diciembre su actuación resultó decisiva en varios partidos. ¿Cree que fue su confirmación definitiva?

Espero que no fuera solo por esos partidos, sino por toda la temporada en su conjunto, aunque sí es verdad que en diciembre y enero hubo partidos decisivos, en los que Osasuna logró buenos resultados y nos pusieron arriba en la tabla. Es normal que a un portero se le vea más en determinados partidos, pero me quedo con el conjunto de la campaña, con sus cosas buenas y sus cosas malas. No me quedo solo con lo bueno.

¿De qué partido salió más satisfecho de su actuación?

No soy de destacarme. Vicuña me suele comentar que siempre tengo algo malo que decir sobre mi partido, pero lo hago porque soy así. Cuando me pasan el vídeo después del partido, lo corto, paso mis acciones y las veo y siempre me fijo en algún fallo: que si una mala salida, que si podía haber ayudado en un balón. Me cuesta decir que he hecho un buen partido y no lo digo porque no lo siento. Eso me sirve para seguir mejorando.

¿En qué aspectos concretos cree que puede mejorar como portero?

Una vez que un jugador llega a este nivel lo importante es mantener la base y seguir creciendo en todo, en los golpeos, las paradas, las salidas. Me gusta mucho ayudar al equipo. En mi etapa en Huesca y en el Promesas me gustaba sacar el balón con el pie, picaditas por encima del delantero. Quizás en Primera el juego es más directo, golpeando más lejos y más veces, pero sí es verdad que no he terminado muy contento con el golpeo. Ahí debo mejorar.

¿Cree que va a pasar un verano tranquilo o es posible que tenga que estar muy pendiente del móvil por si llega alguna buena oferta?

Soy muy tranquillo y de lo que voy a estar pendiente es del sol, porque necesito el sol. He acabado muy blanco en Pamplona este año (se ríe con ganas) y voy a estar pendiente de dónde sale el sol (más risas).

¿Pero no puede obviar que su nombre ya lleva tiempo circulando por las agendas de varios clubes?

Tengo tres años más de contrato en Osasuna y estoy muy contento aquí, no tengo motivos para irme y si en algún momento a algún equipo le puedo interesar ya se verá, pero tengo claro que aquí estoy muy a gusto y que no me quiero ir.

¿Estará pendiente de la Eurocopa?

Espero ver algunos partidos porque me va a pillar de vacaciones, pero prefiero desconectar y no estar pendiente del fútbol.

¿Se ve algún día en la selección?

Cuando era pequeño, sí, pero la realidad es diferente. No sé, también veía difícil jugar en El Sadar y mira.