El himno del Liverpool, el emocionante You'll never walk alone -"Nunca caminarás solo", una canción grabada originalmente para el musical Carousel (1945) y adoptada pocos años después por el club-, es tan recurrente como mágico para ponerle banda sonora a la fidelidad de una hinchada con su equipo y que con Osasuna también sirve para el caso.
Con otra ambientación musical, los jugadores del conjunto navarro saben a la perfección lo que es no sentirse solos, porque la adhesión de los seguidores para con los rojillos resulta incuestionable. En calidad se sabe, pero también en número.
Los partidos en el Reyno de Navarra siguen siendo el espectáculo deportivo con más presencia de público a lo largo del curso anual. La regularidad de las citas, las dimensiones del escenario son cuestiones objetivas que se ofrecen a cada jornada de competición -los tiempos de crisis gorda también se notan en la asistencia a los estadios y el Reyno no es excepción-, pero la adhesión de los aficionados se mantiene fuera de toda duda y ha ofrecido también cuestiones curiosas en estas 21 citas que ha habido entre equipo e hinchada. Sumando todas las asistencias de la temporada resulta que más 300.000 espectadores -317.465- han pasado por el Reyno a lo largo de todos los eventos. Casi la mitad de la Comunidad Foral en números absolutos. En partidos de Liga, la suma de los espectadores asciende a 296.166.
La comparación con el número de aficionados en los encuentros del torneo regular de la temporada pasada, la 2010-11, constata que ha habido un descenso de espectadores, más de 10.000 -el año pasado, los individuos en encuentros de Liga llegaron a 306.834-.
Año tras año, situaciones inalterables, casi, son las que ofrecen los encuentros con el Barcelona y el Real Madrid. Los dos equipos más grandes del universo futbolístico son los que más aficionados llevaron al Reyno, aunque con matices. Por dos veces estuvo el Barça en el estadio pamplonés y la primera de ellas, en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, propició una discreta presencia de aficionados -12.500- porque los rojillos venían con cuatro goles puestos de la ida (4-0) y la nula emoción deportiva taponó cualquier otra sensación.
Precisamente, los dos encuentros de Copa que se han disputado esta temporada en Pamplona han sido los que menos público han tenido. Con el Almería se registró la asistencia más baja del curso -8.801 espectadores que dejaron una taquilla mínima de 5.530 euros-, mientras que con el Barcelona los 12.500 espectadores dejaron algo más de dinero -53.740 euros-.
En la clasificación de asistencias por abajo, los partidos frente a Espanyol -13.212 espectadores- y Málaga -13.939-, han sido los que menos público llevaron en la Liga al Reyno.
La rocambolesca programación de los encuentros en lunes y la de algunos incluso en martes por la proliferación de las jornadas entre semana -ya se sabe, la designación de horarios se estira de martes a jueves por exigencias de la parrilla de televisión-, también se convierte en una incidencia clara en la presencia de aficionados en los campos de fútbol.
En lunes jugó en el Reyno el Atlético de Madrid, pero la trascendencia de los puntos en juego no afectó a la grada -acudieron 15.010 espectadores-, mientras que fue en otro lunes cuando se recibió al Málaga -la segunda peor asistencia de la Liga-, y en martes se dilucidó el encuentro con el Espanyol -la presencia de hinchas más baja en Liga de la campaña- y con el Getafe -se llegó a los 14.000 espectadores por muy poco-. Rarezas es lo que le sobran al fútbol. Hinchas, no.