pamplona - A Martín, 59 años, le comenzó a echar humo el teléfono a eso de las dos de la tarde, cuando Sabalza acababa de anunciar públicamente que él iba a ser el técnico del equipo para la próxima temporada después del casting y proceso de selección que, entre otros entrenadores -porque así lo dijeron- ha realizado la directiva. El entrenador de Campanas, a quien la directiva comunicó ayer mismo por la mañana que era el hombre elegido, asumía con naturalidad el reto que se le presenta por delante en el que, con los pies en el suelo, lo que quiere es que su Osasuna compita y, a partir de ahí, vaya creciendo. Martín firmará por una temporada la semana que viene.

¿Cuál es su primera sensación ahora que le han confirmado, hace unas horas, que es el entrenador para el curso que viene?

-Es una satisfacción. Estoy contento de poder participar en esta nueva regeneración, en este renacer como se dice en la campaña de los socios. Poder aportar y poder colaborar en esta regeneración y estar de nuevo en estos momentos importantes para el club, es algo que me hace mucha ilusión.

Por la tardanza en la toma de la decisión ¿ha sido una sorpresa?

-Sí y no. El presidente me dijo que me iban a dar una respuesta, me la han dado hoy (por ayer) y ya está. Esto son cosas normales en el fútbol.

Han pasado casi tres semanas desde que terminó la temporada pero, en su caso, ¿no se puede decir que se haya perdido el tiempo porque llega a un proyecto conocido y vivido?

-No, en absoluto. Es algo perfectamente conocido. Para mí, el proyecto que hemos tenido hasta final de temporada me ha servido para conocer a los jugadores, a la plantilla, a todos, creo que tengo conocimiento de las cosas. Además, ha sido un proyecto con un final feliz y ahora empieza otro tiempo que esperamos que sea bonito y con buen final.

Desde que llegó de nuevo a entrenar a Osasuna, ha comentado en varios ocasiones su este equipo necesita que se descienda a la cruda realidad. ¿Este es uno de sus mensajes principales para este proyecto que comienza ahora con usted?

-Yo creo que todo el mundo es consciente de todo lo que ha pasado en el club, es consciente de que esto puede ser el inicio de un trayecto ilusionante y esto es la realidad pura y dura, con lo cual percibo que si todos estamos como lo hemos hecho en el tramo de la Liga pueden salir las cosas bien. Lo he dicho muchas veces, Osasuna, en el momento en el que todo el mundo rema hacia el mismo sitio, ha demostrado que es capaz de salir de los problemas. Con la ayuda de la afición en situaciones límite, siempre ha salido adelante y ahora es el inicio de una nueva historia y creo que se ha generado ilusión o por lo menos es una percepción mía. No sé si tiene que ver con la realidad, pero es lo que yo veo que me transmite la gente por la calle, que hay ilusión, que hay ganas en este proyecto. Veo eso y por eso lo cuento.

Ha manifestado que en este regreso al banquillo de Osasuna también tiene el reto personal de quitarse alguna etiqueta que lleva puesta. ¿Al objetivo del grupo se une ese individual?

-Es un reto personal que está ahí, después de un periodo de formación, mi deseo era volver a entrenar, a estar en un banquillo, y mira tú dónde me toca, dónde tocó. Me he sentido bien, me he sentido a gusto, he visto una evolución personal y quiero seguir creciendo. Esa es mi realidad. Las etiquetas son muy difíciles de quitar; las mías como las de todo el mundo, quitarlas del todo es imposible, pero sí es posible iniciar otros caminos. Yo adopté otro camino en su día, por mi formación, y ahora estoy muy ilusionado con iniciar otro trayecto desde el principio y con muchas ganas de notar cosas distintas a las que antes sentía.

¿Los condicionantes y los lastres del club no crean un cierto desánimo?

-No, no. Esto es claro, no puedes estar ahora lamentando que si hay una plantilla, que si esto o lo otro... Ya lo comenté. La pregunta es muy sencilla, ¿quieres o no quieres? Si es sí, ya sabes lo que hay, como está la historia y una vez que bajas a la puñetera realidad hay que ponerse bien las pilas para ir creciendo a base de trabajo. No hay que volverse loco.

¿Hay mimbres para ilusionar a la gente o se debe ser muy realista y transmitir al aficionado que va a ser otra temporada muy difícil?

-Yo tengo el mensaje de siempre porque además creo en esta historia: trabajando y compitiendo a tope a cada partido, como se ha demostrado en este final de Liga, se puede ganar a cualquier equipo. Si compites y recuperas así los valores innatos que ha tenido este club toda su vida, luego puedes ir creciendo en todos los aspectos. Pero hay también una cosa muy clara: si compites bien, puedes ganar a cualquier rival y si no lo haces, te puede ganar cualquiera. Este equipo tiene que competir y, con ayuda de todos, puede hacer cosas, pero siempre desde la realidad y sabiendo donde estamos. Hay que empezar a crecer, pero sin tener ningún miedo.

En este proceso de selección de entrenador, en el que se buscado a otros técnicos, ¿se ha sentido como segundo plato para la directiva?

-No, no, no he sentido nada. Es lícito que la junta directiva hable, que mire, que vea y que tome la decisión que considere conveniente. No me siento para nada segundo plato, para nada. La directiva, el presidente, han seguido un trayecto en este tema y yo, simplemente, he estado ahí, esperando a lo que pasaba. Estoy contento de estar donde estoy y si se hubiese adoptado otra decisión, lo hubiera asumido con deportividad y nada más, porque esto son cosas del fútbol y hay que asumirlo todo con naturalidad.

La confección de la plantilla es el trabajo principal que se afronta ahora, ¿cómo ve poder montar un grupo competitivo a un coste bajo?

-Ahora mismo, con la situación que tiene el club, está todo muy complicado. Creo que poco a poco haremos sobre todo un equipo competitivo. Se irán cerrando cosillas, pero no hay que volverse loco porque la realidad nuestra es la que es y hay que saber vivir con ella y sacarle partido. Sin ir más lejos, el Mirandés hizo el año pasado un equipo para competir en Segunda B, al final terminó jugando en Segunda A y se ha quedado a tres puntos del play off de ascenso. Hay que tener gente con hambre, gente con ganas y a veces el hecho de que vengan jugadores de Segunda B puede ser hasta mejor.