Otra más para un Osasuna que se pone en medio de febrero a coquetear con el primer puesto. El equipo de Jagoba Arrasate se llevó otro triunfo en casa gracias a un disparo magistral de Rubén García que otorgo el justo premio para todos, los que merecieron ganar y los que vinieron a Pamplona a buscar un empate rácanamente.

Era un partido especial para Osasuna por muchos motivos. El primero, y más importante, era dar caza al líder, el Granada. El segundo, el de mandar un mensaje a los rivales para que sepan que aquí, si vienen a empatar, tienen muchas opciones de salir escaldados.

Y eso es lo que le ocurrió al Granada. Lo que se presumía como un partidazo quedó disminuido por el planteamiento conservador de los visitantes. Los de Diego Martínez fueron fiel imagen de su entrenador. Muy bien trabajado, supieron tapar la vía de Fran Mérida para complicar la salida de balón, pero sin apenas alma, totalmente encorsetados y con un espíritu conservador a niveles excesivos.

Y así, Osasuna, se desesperó durante una primera parte en la que los visitantes no tuvieron intención de jugar al fútbol, sino de desesperar al rival con triquiñuelas. Los rojillos cayeron en esa trampa y el encuentro se fue al descanso sin un control claro.

Película diferente fue tras la salida de los vestuarios. A los rojillos se les notó con otro poso y comenzaron a controlar el tempo del encuentro. Con una línea defensiva muy segura (espectacular crecimiento de Nacho Vidal en la zona trasera), el equipo buscó las bandas para conectar con Villar, pero no se dio y todo indicaba que el partido se iba a decidir por un detalle.

Había que tener cuidado ya que ese detalle podría ser protagonizado por cualquiera de la zona de ataque del Granada ya que, pese al planteamiento amarrategui, los andaluces tienen dinamita en la zona de arriba.

Pero no. Este año, de momento y ojalá que hasta junio, los momentos en El Sadar los protagonizan los de rojo.

Así, un balón mal despejado le cayó a Rubén que se sacó un golpeo magistral, que dejó a todo el mundo con la boca abierta, incluido a Rui Silva.

Gol, victoria, y justicia para el que quiso ganar y el que vino a empatar y se fue sin nada. Queda mucho, pero la pinta de Osasuna enamora a cualquiera, ahora llega un buen examen con dos encuentros fuera.