pamplona - El 13 de enero Maider Irisarri fue titular ante el Athletic y Osasuna ganó 2-1. La segunda de las doce victorias consecutivas que suma actualmente y que ahora Maider sigue desde la banda, ya que el embarazo le impide practicar deportes de impacto. Tanto el equipo como el pequeño que lleva dentro crecen perfectamente.

¿Fue consciente de que el partido ante el Athletic era el último?

-Sí. Estaba embarazada de dos meses y medio. Y quería acabar en casa. En aquel momento sólo lo sabían Diego, mis padres y mi hermano, pero les dije a los alumnos de mi clase (es tutora de 2º de Primaria en Dominicas) y a mis amigas que se acercaran a ver el partido, un poco engañados, porque yo sabía que iba a ser el último. Tampoco mis compañeras lo sabían. Fui titular, ganamos y fue un punto de inflexión. Era importante ganar al Athletic. Cogimos aire y desde entonces el equipo lo ha ganado todo.

¿Cuándo lo comunicó?

-Después de los tres meses, a mis compañeras y al club, y estoy agradecida porque fueron muy discretos y me dejaron dar a mí la noticia en mis círculos. Dejé de entrenar y les debía una explicación. Antes del partido del Eibar la gente estaba mosca porque no jugaba y empecé a decirlo.

¿Dejó de jugar por recomendación médica?

-El fútbol no es recomendable para embarazadas, porque es un deporte en el que hay impacto, caídas, no depende de ti... Pero eso no quita para poder seguir practicando deporte y sigo muy activa, porque hago sesiones de gimnasio, pilates, natación, aquafitness... Además, si tu cuerpo ha estado predispuesto al deporte, los médicos te recomiendan que continúes. Pero el embarazo conlleva que te tienes que apartar de jugar a fútbol. Tienes que dar un paso a la izquierda y decir, ahora me tengo que cuidar.

Al apartarse del fútbol, ¿ha tenido sentimientos encontrados?

-Muchos. Lo más difícil ha sido dejar la práctica del fútbol. Sin duda. La rutina, el hábito de ir a entrenar, de estar dentro del campo.... Llevo toda la vida jugando y es difícil. Pero como es por algo tan bueno, compensa.

¿Volverá a jugar?

-No lo sé. Soy completamente novata. Creo que no cierro la puerta definitivamente, pero tampoco sé cómo va a estar el club, si vamos a jugar en Primera, en la Primera B... Yo trabajo, la docencia es mi otra pasión, y no sé cómo voy a compatibilizar todo. No me atrevo a decir que sea una despedida, pero puede ser. Por eso la hice tan especial el día del Athletic. También dicen que pueden llegar tus mejores momentos después de la maternidad. Si dejo el fútbol, no será por falta de ganas o porque crea que no pueda, sino por organización, porque tienes que trabajar y un pequeño con el que estar, y entrenar y viajar puede exigir un tiempo que no sé si voy a tener. Ver venir.

Hay algún caso de madre futbolista.

-En la Liga Iberdrola no lo sé, pero sí es habitual en EEUU. Yo creo que es algo normal. Es como si estuviera lesionada, pero sigo haciendo ejercicio para que mi estado sea el mejor, antes del nacimiento y para estar preparada para mi recuperación por si quiero reincorporarme.

Las jugadoras profesionales están negociando un convenio que incluye apoyos a la maternidad.

-Es normalizar algo que tiene que estar a la orden del día. Eres mujer y puedes tener un hijo. No me parece normal que no pueda tener un hijo por seguir jugando a fútbol. Es sentido común. Es como una lesión. Después puedes estar en el mismo estado de forma. No es incompatible.

Había clubes que ponían cláusulas por embarazo a las jugadoras.

-Me parece ir en contra de la naturalidad de la vida. Es algo tan descabellado que no puedo entender cómo por jugar a fútbol te vas a quedar sin el derecho a ser madre. Creo que basta con aplicar el sentido común.

¿Cómo ha reaccionado Osasuna?

-He tenido mucha suerte. Todo el mundo se ha tomado la noticia como lo que es, una alegría. También es el primer caso y para mí es muy especial porque llegué a Osasuna con 14 años, en Regional y ha sido muy emocionante afrontar la maternidad con 31 años en mi club. He estado en las tres etapas del fútbol femenino en Osasuna. Estoy agradecida al club por darme la oportunidad de cumplir ambos sueños: seguir jugando a fútbol y ser madre en mi club de siempre. Es una suerte. Agradecida al club, entrenadores y compañeras. Osasuna es como mi casa. Entré siendo una niña, he pasado por la adolescencia, la universidad, empezar a trabajar y ser madre. Es una evolución y una cadena muy larga y muy bonita.

Las felicitaciones le llegan por partida doble.

-Sí, por la personal y la grupal, porque es muy bonito lo que se está consiguiendo. Veo a mis compañeras con muchas ganas de trabajar, hacerlo bien y aprovechar la oportunidad. Y con mucha humildad, porque a día de hoy somos segundas y no hemos ganado nada. Y con mucha ilusión. Ha sido una temporada bonita porque hemos ido de tapadas y no hemos llevado ninguna presión. Premio a la constancia de un año entero. Lo estoy viviendo con ilusión. Mi sueño era jugar la fase de ascenso. Puede ser que se juegue, pero lo veré desde fuera. Por un lado, dices, jolín, pero por otro me digo, a ver, Maider. Y se me pasa rápido el conflicto moral entre la futbolista y la madre.

Tras dos etapas en Osasuna, volvió con la ilusión de que se consolidara el proyecto. ¿Se ha conseguido?

-Sí. Se han dado pasos grandes, seguros y efectivos. El apoyo del club es total y se ve una apuesta fuerte. Me costó tomar la decisión de volver, pero no me arrepiento. Veo cercanía y ganas de que el femenino sea importante y tenga su espacio. Hay que seguir en la línea que están, reforzando todas las áreas.

Diego Prendes, el padre del niño, es entrenador del cadete de Osasuna. El niño va a ser rojillo.

-Espero que le guste el deporte, pero que elija el que quiera. Yo juego a fútbol pero he practicado casi todos los deportes. Y Diego piensa igual. Es un apoyo en todo, siempre sumando.

Fecha y lugar de nacimiento. 18-1-1988, Añézcar.

Trayectoria. Empezó en el Berriozar de fútbol sala y, con 14 años, se incorporó a Osasuna. Continuó en el San Juan, en Segunda. Jugó en Primera con el Lagunak y después regresó a Osasuna, en Segunda. Posteriormente fichó por el Mulier, con quien jugó en Regional y subió a Segunda. La temporada pasada regresó a Osasuna.