Pamplona - “Hacía tanto calor que para el minuto 5 ya tenía la boca seca. Costaba tragar saliva. Ha sido complicado para los dos equipos”. Así de claro explicó David García la dificultad para disputar un encuentro, el que ayer enfrentó a Osasuna y Eibar en El Sadar, a 33 grados de temperatura. Tanto es así que el árbitro detuvo el choque en un par de ocasiones -en el minuto 30 y también en el 77- para que los jugadores de ambos de ambos equipos se hidrataran.

Las altas temperaturas que se registraron ayer en Pamplona se notaron sobre todo en la recta final del partido, cuando el rendimiento de los jugadores de Osasuna y Eibar se redujo notablemente. “No recuerdo un día de tanto calor jugando un partido”, se atrevió a afirmar Roberto Torres, que añadió que “ha costado un poco más de la cuenta, pero hemos competido bien”. Y el canterano Jon Moncayola, que se coló otra vez en el once inicial de Jagoba Arrasate, se sumó a las tesis de sus compañeros: “Entre que hacía mucho calor y que ha sido un partido muy duro, he terminado con algún calambre y un poco fundido”.