Pamplona - Susto tras susto. Así fue la mañana de ayer en Tajonar. Osasuna se entrenó con su habitual intensidad pero con más respingos de lo habitual. Primero Brasanac, con un golpe en una rodilla maltrecha, y luego Javi Martínez, que entró para sustituirle en el partidillo, también tuvo que irse del entrenamiento por un pisotón en el tobillo.

Iba el entrenamiento de Osasuna con normalidad, solamente un par de gritos de Arrasate para reclamar más intensidad a los suyos, como de habitual. En un parón, Darko se acercó al médico para explicarle que tenía unas molestias en la zona de la rodilla derecha. Rápidamente el cuerpo médico actuó sobre la zona y le coloco un vendaje para que siguiese entrenando con normalidad.

Poco después, en un lance que parecía no tener mucha historia, el serbio cayó al suelo tras recibir un golpe justo en la zona que ya tenía maltrecha. Según comunicó posteriormente el club, “un traumatismo”. Ciertamente, el serbio es un jugador bastante duro que tiene que estar bastante dolorido para dejar de entrenar como hizo ayer. En los próximos días se verá la evolución del jugador y si puede entrar o no en la lista de Valladolid.

Pero los sustos no acabaron ahí. Jagoba Arrasate mandó llamar a Javi Martínez, que se encontraba preparando el partido del fin de semana con el Promesas, para completar el centro del campo en el partido que estaba jugando el primer equipo.

Al poco de comenzar a jugar, el de Ólvega tuvo un encontronazo y tuvo que retirarse con claros gestos de dolor en el tobillo izquierdo. Ayudado por los médicos y, tras una primera exploración en los vestuarios, salió con muletas en dirección a la Clinica Universidad de Navarra en un coche que conducía el propio jefe de los servicios médicos.

Así pues, una mañana de lo más ajetreada para un Osasuna que sigue mirando al Valladolid, pero ahora con un ojo en la enfermería para ver cómo evolucionan los lesionados en el entrenamiento de ayer. Susto tras susto.