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Futbolista desde el primer día

David García y Javier Ortigosa, entrenadores de Moncayola en juveniles y Tercera, coinciden en que su explosión no es ninguna Sorpresa

Futbolista desde el primer día

Cuando hace dos cursos, en el inicio de la temporada 2017-2018, Jon Moncayola recaló en las filas del Iruña de Tercera División al concluir su etapa juvenil en Osasuna, casi nadie podía imaginar que el pasado mes de agosto iba a debutar con el primer equipo rojillo en la máxima categoría y que se iba a hacer un hueco como componente de pleno derecho de la plantilla que en la actualidad maneja Jagoba Arrasate. Pero entre esos pocos que tenían fe en las posibilidades del futbolista de Garínoain se puede incluir a David García, su entrenador en el equipo juvenil de División de Honor de Osasuna, y Javier Ortigosa, que le dirigió en su breve paso por el Iruña.

Más que sorprendidos, ambos se sienten orgullosos de Moncayola y de haber contribuido a su formación. Ortigosa recuerda que, “cuando le bajaron con nosotros al Iruña de Tercera -el Promesas estaba entonces en Segunda B-, él me decía que no era un paso atrás, sino una oportunidad para seguir creciendo, aunque en cuanto empezó la Liga ya vimos que no iba a terminar el año con nosotros”. Y así fue, porque le bastaron un puñado de partidos para que Sergio Amátriain, por aquel entonces técnico del filial rojillo, le reclutara para su causa.

Moncayola aterrizó en el Iruña después de una exitosa campaña, la 2016-2017, en el juvenil de División de Honor de Osasuna, un equipo entrenado por David García, que aprovecha la ocasión para ensalzar las virtudes del canterano: “Tiene mucha calidad. Técnicamente es muy apañado, es inteligente y pocas veces comete errores. Juega fácil porque sabe cuáles son sus virtudes y las aprovecha. Nunca será un 10 en algo, pero es un 8 en todo. Además, tiene un desplazamiento de balón en largo del que pocos jugadores en Primera pueden presumir”.

García aprovecha para explicar que, cuando estuvo a sus órdenes, “coincidió con una gran generación de canteranos y tal vez tuvo menos minutos de los que esperaba, pero esto también sirve para aprender la otra cara del fútbol”. La menos amable, como la del curso pasado, cuando tuvo que competir en Tercera con el Promesas, con el que ascendió a Segunda B. Y de ahí, al primer equipo. De Primera.