Las obras del paseo de Sarasate ya tienen fecha de inicio: la tercera semana de agosto. La primera fase del proyecto, con una duración aproximada de mes y medio, consistirá en el desmontaje, retirada y recolocación de las estatuas de los Reyes en el Parque de la Taconera. En el mes de septiembre se adjudicarán las obras y, hacia finales de mes, empezarán los trabajos de acopio de materiales. Los trabajos sobre el terreno se prevé que comiencen a mediados de octubre.

El coste de las obras de remodelación del paseo (sin incluir la renovación de redes ni la recogida neumática) se estima, tras las mejoras introducidas en el proceso de redacción, en unos 9,8 millones de euros. Los trabajos se ejecutarán por fases y se prevé que concluyan en torno a enero de 2027, aunque la fecha definitiva dependerá del tratamiento que pudieran exigir posibles restos arqueológicos que se encuentren en la zona (habrá un equipo especializado para supervisar las excavaciones). Además, las obras se realizarán de forma escalonada, para minimizar afecciones y molestias a la ciudadanía. Así lo han especificado hoy en rueda de prensa el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, junto al concejal delegado de Ciudad Habitable y Sostenible, Borja Izaguirre, y la directora del área de Proyectos Estratégicos y Movilidad, Maialen Ariz

Las obras del paseo no afectarán a los Sanfermines de este año, pero sí a los de 2026, como estaba previsto. Las dos claves del proyecto, conforme a la propuesta ganadora del concurso, Isolíneas, serán la plataforma única y el mantenimiento del arbolado. De los 77 árboles del paseo, se prevé que 74 se mantengan en su ubicación original, protegiéndolos de las posibles afecciones por las obras; y para los tres restantes, ubicados en el espacio de paso creado entre el Casco Viejo y el Ensanche, se han encargado estudios específicos para evaluar su trasplante.

El primer paso, el traslado de las esculturas

Los primeros trabajos del proyecto del futuro paseo consistirán, como ya se anunció, en desmontar las seis estatuas atribuidas a otros tantos monarcas navarros y sus correspondientes peanas. Para este traslado, se ha contado con la colaboración de la institución Príncipe de Viana. Se calcula que cada desmontaje y traslado costará una semana para realizar estos trabajos se cerrará parcialmente la zona del paseo donde en la actualidad se ubican estas esculturas. Las estatuas, del taller de Doménico Olivieri, compradas en Madrid en 1885 de entre las que fueron desechadas para la alta balaustrada del Palacio Real (1753), fueron asignadas aleatoriamente a Iñigo Aritza (770-790), Alfonso I el Batallador (1104-1134), Sancho VI el Sabio (1150-1194), Sancho VII el Fuerte (1194-1234), Teobaldo I (1234-1253) y Juana II de Evreux (1328-1349). Las esculturas serán reinstaladas en el entorno del parque de la Taconera, en la zona ajardinada que antecede al mirador este, encima del área donde pernoctan las aves.

El futuro paseo de Sarasate sí que integrará la composición original del Monumento al prisionero político desconocido, de Jorge Oteiza, presentada al concurso internacional convocado por el Institute of Contemporary Art de Londres en 1952. Y una escultura, a escala humana, del intérprete y compositor pamplonés que da nombre al paseo, Pablo Sarasate, sobre el banco de granito que configura el nuevo espacio público frente al Palacio de Navarra. 

Estas dos esculturas se integran en la reformulación de los extremos del paseo. La estatua de Sarasate se colocará, en una bancada de granito en torno a un árbol, en la zona más próxima al Palacio de Navarra, en el centro de una nueva plaza frente al edificio, en la entrada al paseo desde la Plaza del Castillo. En el otro extremo, frente al Parlamento de Navarra, se instalará la obra de Jorge Oteiza, a modo de arco de triunfo o portal, que podría incorporar una fuente de niebla, que además de iluminación brindaría un sistema de drenaje sostenible del agua de lluvia, ya que se encuentra en el punto más bajo del paseo.

En septiembre, acopio de materiales

Una vez reubicadas las estatuas y adjudicadas las obras, arrancarán ese mismo mes de septiembre las tareas de acopio de materiales antes de que las máquinas entren en el solar, a mediados de octubre. El área afectada, de 24.000 metros cuadrados, incluye, además del paseo, varias calles aledañas: García Castañón, Vínculo y Alhóndiga, hasta la calle Estella. También se incluye en el ámbito la calle Trinidad Fernández Arenas y la calle San Ignacio, en el frente de los jardines del Palacio de Navarra. La calle Estella no está en el ámbito de actuación.

La reurbanización del paseo de Sarasate sigue la propuesta Isolíneas, ganadora del concurso de ideas, con un rediseño total que apuesta por la plataforma única mediante el trazado de líneas diagonales, separadas cada 25 metros y rotadas 45 grados respecto al eje principal, que permiten conectar de forma continua y sin pendientes significativas las aceras norte (la de la iglesia San Nicolás) y sur (Banco de España y Correos). 

La propuesta original del concurso, firmada por el equipo Vi17 Arquitectura, en conjunto con OAB Office of Architecture in Barcelona y OKRA Landscape Architecten, se mantiene en gran medida y solo la zona central conserva su cota original para proteger el arbolado más sensible. Aun así, se preserva el concepto fundamental de una topografía accesible a través de plataforma única, sin barreras y con pendientes suaves, que asegura la continuidad espacial y la accesibilidad universal, con protagonismo de peatones y ciclistas.

La protección del arbolado se refuerza

La conexión entre los frentes norte y sur a través de la plataforma central se realiza abriendo pasos entre los parterres, que conservan su altura original, pero en lugar de formar una barrera a lo largo del paseo, se dividen en dieciséis zonas verdes, agrupando uno o varios árboles: así, se crearán pasos peatonales entre el Casco Antiguo y el Ensanche sin afectar al arbolado. Las actuales estructuras de acero cortén se sustituyen por bancadas de granito con asientos y respaldos de madera para el descanso de los y las paseantes, amabilizándolos y transformándolos en espacios de estancia.

Estas bancadas en torno a los árboles pueden convertirse en espacios para eventos y actividades culturales, a modo de gradas, como ocurre frente a la iglesia de San Nicolás, en la zona norte. En la zona sur, se concentran servicios como una parada de autobús urbano, aseos autolimpiables, contenedores, aparcamientos de bicicletas, plazas reservadas y zonas de carga y descarga. En eje central, se crea un espacio libre, que puede acoger mercadillos o ferias.

El granito, también protagonista

La propuesta de pavimentación contempla la transformación integral del espacio público con un material protagonista: el granito, empleado en diferentes formatos, acabados y texturas, estructurado en cinco tipologías principales en función de su ubicación y funcionalidad. Este material se elige por su durabilidad y resistencia, además de sus propiedades antideslizantes. Las losas de granito claro se saltearán con hileras de granito más oscuro para dar dinamismo al paseo. El proyecto propone que el pavimento incluya, en la zona del Monumento a los Fueros, la inscripción de todas las poblaciones de Navarra, agrupadas en torno a las merindades históricas del territorio. 

Respecto a la iluminación, se recuperan las farolas de las cruces de San Andrés y los báculos de San Fermín, que se reubicarán en el perímetro del paseo y frente al Parlamento, acompañados de iluminación moderna, a otra escala y otras alturas, como son las luminarias continuas de los bancos perimetrales que abrazan los parterres. El mobiliario urbano contará con iluminación inferior y se iluminarán también las zonas de paso, sobre todo, en los pasos transversales, facilitando recorridos intuitivos. A todo ello se añadirá una iluminación escénica.

Renovar redes e instalar la recogida neumática

Los trabajos de reurbanización permitirán que el paseo de Sarasate y sus calles adyacentes se consoliden como un pequeño pulmón verde en el entorno del Casco Viejo, vinculado a una red de infraestructura verde que se extiende desde la Taconera y Navas de Tolosa, y que, a través del Paseo Hemingway, conecta con el parque fluvial del río Arga. Más allá del arbolado, el paseo incorpora sistemas innovadores de recogida y gestión de aguas pluviales, así como capas de vegetación que fomentan una biodiversidad rica y diversa.

El inicio del proyecto, anunciado en un principio para después de Sanfermines, se ha retrasado cuatro semanas, por tres motivos principales: La resolución del recurso presentado por uno de los licitadores ante el fallo del jurado en el concurso; la inclusión de las aportaciones de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona a las obras y la incorporación de las aportaciones recogidas desde comercio, hostelería, vecindario o servicios de emergencia.

Respecto a las aportaciones de la Mancomunidad, cuyo presupuesto está aparte del de remodelación del paseo según el proyecto de Isolíneas, implicarán la instalación del sistema de recogida neumático de recogida de residuos y la renovación de todas las redes en el ámbito de actuación (Paseo Sarasate y las calles García Castañón, Vínculo y Alhóndiga, Trinidad Fernández Arenas y la calle San Ignacio). Los costes de esta parte de la obra rondarán los 5 millones de euros, de los que la entidad mancomunada asumirá casi 4 millones (cerca del 80% del total), mientras el Ayuntamiento de Pamplona financiará 1 millón.