La afición rojilla tuvo que conformarse con seguir el partido entre Osasuna y la Real Sociedad a través de los medios de comunicación, al jugarse a puerta cerrada por la pandemia de coronavirus. AQUÍ TE LO HEMOS CONTADO EN DIRECTO.

Como estaba previsto, teniendo en cuenta además el horario nocturno, en los habituales lugares de reunión de la parroquia osasunista no se congregó mucho público y la mayoría optó por quedarse en casa.

Mucho disfrutaron del buen juego de los navarros, sobre todo en la primera mitad, en la residencia San Jerónimo de Estella-Lizarra, donde los y las residentes siguieron con mucho interés las evoluciones de los de Arrasate. En esta residencia es donde los trabajadores permanecieron todo un mes confinados para evitar que se propagara la covid-19.

Algunas cuadrillas de amigos se pasaron por los centros comerciales de Itaroa y La Morea, así como por la Sala Zentral del Casco Viejo pamplonés. El próximo partido, ya en Pamplona entre Osasuna y Atlético de Madrid, se celebra a partir de la misma hora, las 22.00 horas, y tampoco se esperan grandes movimientos entre los aficionados.

Siguiendo el partido en el CC Itaroa. Foto: Iñigo Purroy

La vuelta de la Real Sociedad a su estadio Reale Arena para defender la cuarta plaza se hizo en un ambiente triste en los aledaños del estadio, sin aficionados, y apenas camisetas realistas, en un retorno caracterizado por las estrictas medidas de seguridad sanitaria.

La imagen que presentaba el barrio de Amara, habitualmente atestado de seguidores blanquiazules que toman los bares y lugares públicos en las cercanías de Anoeta, era desconocida, con una mínima presencia de socios que indicaba que este domingo era día de partido.

Sólo las patrullas policiales, que se hicieron evidentes en el perímetro del Reale Arena, hacían visible la celebración de un evento deportivo de élite porque los seguidores txuri urdin optaron por seguir el partido desde casa en lugar de hacer piña en los locales de restauración que lo emiten por sus televisores.

El nuevo fútbol no ha gustado además a un sector de la afición de la Real que ha hecho constar en días anteriores su malestar con pancartas en contra de dejar a los seguidores fuera de los estadios.

Mucha precaución en la llegada de los equipos al campo de la Real, en varios autobuses, y también en el interior del Anoeta, con mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos y un par de centenares de personas entre jugadores, técnicos, periodistas y los cuatro recogepelotas. Todos ellos se esforzaron en mantener la distancia social en este primer test del final de temporada.