- Después de dos derrotas consecutivas, frente a Atlético de Madrid (1-3) y Sevilla (1-0), dos rivales del máximo nivel, a Osasuna le toca cambiar el paso y sumar una victoria. Las dos derrotas dejaron sensaciones contrarias a lo que dictaron los resultados, ya que Osasuna compitió durante muchos minutos muy bien y sólo los detalles alrededor del gol, los que se encajaron y los que no llegaron, fueron los fatales.

Por minucias o por lo que fuera, Osasuna está colocado a las puertas de un partido con su apreciable cuota de urgencia, uno de esos trances que se dan a cada campeonato cuando hay sucesión de encuentros sin puntos y el botín en el casillero no crece. Los rojillos se enfrentan además a un rival que no ha ganado aún en la Liga, un recién ascendido, un posible contrincante directo también en la lucha por la permanencia. Muchos factores que gestionar y otros que no olvidar.

Si Osasuna se fija en el último encuentro en Sevilla, no hay mucho que tocar en el equipo respecto a aquel día. El partido contra el conjunto andaluz se decidió por un penalti, una acción muy puntual en la que primó la pillería del jugador derribado -Ocampos- más que la intensidad de la acometida del rojillo, Jon Moncayola.

Precisamente el centrocampista, como Budimir, se incorporaron ayer a los entrenamientos tras cumplir con sus selecciones y con los protocolos sanitarios. Sin pistas por parte del entrenador, ambos son dos jugadores que optan a estar entre los once del inicio, con las salvedades que se deben hacer a la hora de apostar por un equipo desde que Arrasate está en el equipo.

Osasuna está obligado a llevar el mando en El Sadar en este encuentro en que necesita de puntos y, a partir de ello, Arrasate tiene posibilidades para la variación. El técnico finalmente no ha podido contar con Lucas Torró, que sigue restableciéndose de su lesión muscular, pero recupera para la convocatoria a Darko Brasanac. El centrocampista serbio entra por primera vez en los planes de este curso después de haberse lesionado a principios de septiembre, en un amistoso de pretemporada, frente al Eibar. El futbolista balcánico jugó la pasada temporada 31 encuentros y se convirtió en una pieza importante, si no básica, en el exitoso Osasuna de ese curso. Darko es un jugador con varios perfiles, experiencia, y todo ello le dota de competitividad para la media. Otra cosa es que después de dos meses de inactividad sea una alternativa para estar en el once. Porque Oier necesita acompañante en el eje, ahí se pueden abrir las posibilidades, con la entrada de Íñigo Pérez -lo que generaría un hueco en el lateral izquierdo- o la permanencia en el once del propio Moncayola. En el ataque, el Osasuna de este año juega con dos delanteros porque los recursos del equipo, como recordó ayer Arrasate, van por esa línea, y se debe rentabilizar lo que hay en el grupo. A Jony y Rubén García no les discute nadie, en principio, la titularidad, por lo que la presencia de las dos torres para el ataque -están ahora Budimir y Enric Gallego, pero Calleri llegará para diciembre- se está cobrando víctimas en la segunda línea, donde queda libre un puesto menos.

El Huesca es un equipo con personalidad que juega mejor al fútbol de lo que dicen sus resultados. Quizás está pagando el peaje del recién ascendido que quiere mantener las señas de identidad y el nivel de una categoría superior rebaja las prestaciones. De todos modos, como advirtió ayer Arrasate, es un equipo que ha perdido poco -tres encuentros de nueve-, lo que significa que no ha estado siempre tan lejos de la victoria que por ahora se le resiste.

Míchel, el entrenador que ha dotado de personalidad a este equipo, podrá contar con el delantero japonés Shinji Okazaki.

En principio se prevén pocas novedades en la alineación. En la zaga la única duda estaría en el lateral izquierdo entre Javi Galán y Luisinho. En la delantera Rafa Mir y David Ferreiro estarán en las bandas. En la portería, el último escollo es un viejo conocido de Osasuna, el exrojillo Andrés Fernández, que vuelve a la que fue su casa.

La vuelta de Darko. Darko sufrió una lesión en el hombro izquierdo en el partido amistoso contra el Eibar, el pasado 4 de septiembre, y fue operado el día 11 del mismo mes de una luxación en la articulación, ya que era el segundo episodio de ese tipo que sufría en la zona. La pasada temporada jugó 31 partidos.

Torró, poco a poco. El centrocampista evoluciona lentamente de la contractura en el gemelo izquierdo que sufriera en el partido ante el Sevilla, del pasado 7 de noviembre.

Internacionales, de vuelta. Budimir y Moncayola se entrenaron ayer con sus compañeros tras cumplir con los compromisos con sus selecciones. En el caso del sub-21, que no se ha movido de Marbella, ayer hizo trabajo de recuperación tras jugar los 90 minutos ante Israel. Los dos jugadores están en condiciones de jugar mañana.

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Son los que lleva el Huesca en nueve partidos de Liga. Es el único equipo de Primera División que no ha ganado.