Este Osasuna se parece muy poco al de hace un par de meses. Los rojillos tienen las ideas más claras y entran a los partidos de otra manera. Pero no ganan y van pasando las jornadas. El camino es este, pero estaría bien que empezase a tener premios.

Si Jagoba lee esto seguramente no quiera encontrarse la palabra "sensaciones". De eso no se vive y el técnico rojillo lo sabe. Osasuna necesita puntos. Y su equipo tenía en Valencia los tres en el bolsillo tras otro partido trabajado.

Parece que ha calado esa idea de esperar al rival en campo propio, arropaditos, para salir rápidamente a la contra. Así llegó el gol de Osasuna, culminado con un zapatazo de Calleri digno de mención.

Como la aparición de Javi Martínez en el centro del campo. Su evolución y la consolidación de Moncayola dan para que los rojillos saliven pensando en el futuro del centro del campo. Arrasate le ha dado un aire nuevo al centro del campo con él. Ya que ha apostado por él, ¿podría ser el momento de lanzar otra apuesta y que Juan tenga algunos partidos en la portería de Osasuna? De momento, cuando sale cumple con creces.

Osasuna aguantó bien el (temido) inicio de la segunda mitad. El rival también ayudaba, pero los de Arrasate se fueron echando atrás poco a poco hasta que llegó la desgraciada jugada.

La mala suerte cósmica que tiene Osasuna la abordaremos más adelante. Pero para llegar a que Unai le dé mal pasaron cosas. La principal es que lno se apretó a Maxi (que se pudo tomar un café en la frontal del área) y este pudo filtrar un pase con demasiada facilidad.

Luego ya podemos ponernos a hablar sobre si el balón podía haberse ido a las nubes en vez de a donde fue o por qué Calleri se sacó de la chistera otro zapatazo y este se fue al palo. Sí, Osasuna está en esa temporada en la que todo sale mal.

Pero está a dos puntos de la salvación, por lo que aún hay vida. Queda un mundo, pero por favor, a partir de ahora, no pasa nada por jugar mal, pero que sumen los puntos (y que alguien localice al del mal de ojo, que ya le vale).