- Osasuna puso ayer fin a su traumático viaje a Almería, de donde regresó con un puñado de malas experiencias y peores consecuencias. Para empezar, en la noche del miércoles quedó apeado de la Copa, competición de la que se despidió en una fatídica tanda de penaltis ante un rival de inferior categoría, y además acumuló 120 minutos de desgaste (prórroga incluida), sin olvidar que otros dos futbolistas (Facu Roncaglia y Lucas Torró) ingresaron en su ya poblaba enfermería, en la que a día de hoy comparten rehabilitación hasta nueve miembros de la primera plantilla. Y para rematar la odisea, el avión en el que voló ayer de vuelta a casa no pudo aterrizar en Noáin, como estaba previsto, por culpa de la niebla, circunstancia que le obligó a tomar tierra en Vitoria, donde la expedición rojilla tuvo que esperar al autobús del club para completar su retorno Pamplona y, posteriormente, una suave sesión de entrenamiento antes de la jornada descanso de hoy.

A Osasuna le queda el consuelo de que, sin la distracción de la Copa, ahora va a poder centrarse de lleno en la Liga, en la que el pasado fin de semana puso fin a una racha de 13 jornadas y tres meses sin conocer el triunfo con su victoria ante el Granada en El Sadar (3-1), un resultado que le permitió, con 19 puntos, abandonar la zona de descenso. Sin embargo, al conjunto navarro le puede pesar el desánimo y el cansancio en su próximo compromiso, el que el próximo lunes a las 21.00 horas le enfrentará al Betis en Sevilla, por su frustrante eliminación copera (pese a no haber encajado gol en cuatro partidos) y porque, a día de hoy, sólo dispone para el citado choque de 16 futbolistas de la primera plantilla.

Osasuna cuenta con lesionados en todas sus líneas. En la portería, Rubén Martínez se recupera de una fractura transversal sin desplazamiento de la base del cuarto y quinto metacarpiano de la mano derecha y no juega desde que fuera expulsado ante el Alavés el pasado 31 de diciembre. En defensa, Aridane está cada vez más cerca de superar la rotura fibrilar de grado I en el bíceps femoral de su pierna izquierda que se produjo en un entrenamiento el 18 de enero, mientras que Roncaglia se lesionó en Almería y estará un buen tiempo en el dique seco. En el centro del campo, Lucas Torró se unió este miércoles a Darko Brasanac, que se fracturó el peroné de la pierna izquierda el 22 de diciembre en Elche y aún necesita algo más de tiempo para reaparecer, y a Jony, sustituido este domingo antes del descanso del Osasuna-Granada con una rotura en el aductor de su pierna derecha. Y no están mejor las cosas en ataque, con Chimy Ávila recuperándose de una grave lesión en su rodilla derecha (que se produjo cuando se acababa de rehabilitar de otra en la izquierda), Budimir acelerando para sanar una rotura de grado II en el semitendinoso de su pierna izquierda y Adrián a punto de sumarse al grupo tras más de dos meses con una lesión en el sóleo derecho. En resumen: Osasuna está en cuadro.