Budimir le puso mucha emoción al trámite decisivo del partido porque en lugar de rematar y marcar el gol de la victoria, hubo remate, rechace en el poste, rechace en el cuerpo y por fin gol. Nada es sencillo este curso. Osasuna sufrió mucho para conseguir una victoria vital ante el Eibar porque fue en el minuto 87, cuando no se veía claro el modo de lograr los tres puntos, y porque hubo igualdad hasta el final entre dos equipos que andan en el alambre, jugándose el futuro en la categoría, pendientes de cualquier detalle.

Calleri y Budimir firmaron los goles en la victoria en un encuentro de dificultades manifiestas para dos conjuntos metidos en apuros, a los que le cuesta generar, conectar, crear porque dudan, temen, vigilan su renta en el marcador. Y eso que el equipo de Arrasate tuvo alas durante bastantes minutos, cuando entró en el partido como un cuchillo por la banda izquierda, la pilotada por Manu Sánchez y Rubén García, por donde fue capaz de herir con maestría al Eibar en la jugada del gol del argentino.

Pero el peso de la clasificación, el de la necesidad, el de evitar los fallos, suele llevar los partidos hacia rutas menos cómodas y con un equipo con el Eibar enfrente, en donde nadie se rinde y se discute hasta el final, se llegó a perder el mando tras el gol y se cayó en las tablas al filo del descanso. Necesitado también de que soplen a favor los vientos de la fortuna, Osasuna, que había mejorado tras los cambios, encontró el premio a su mayor tesón con un gol casi sobre la campana, un tanto para rubricar un marcador justo y para intentar dar respaldo a una reacción que para ser de verdad tendrá que ser duradera. Los rojillos lograron una victoria vital para emprender la huida de la zona baja y poner rumbo a lugares más plácidos, aunque la prueba frente a un rival directo constató que el camino va a ser largo y con dificultades. Nada nuevo en Primera.

Arrasate se creó un problema a sí mismo porque ha reavivado el debate sobre la conveniencia de jugar o no con dos delanteros. Una diatriba para estar feliz porque ayer los dos marcaron, los dos tuvieron peso en el partido, los dos ofrecen desde perfiles distintos un camino hacia el gol.

Osasuna y Eibar querían salir al ataque. Eso ponía en la tarjeta de presentación de ambos, con dos delanteros indiscutibles en la lontananza, allá, cerca del área rival, y tipos con perfiles ofensivos a sus espaldas para hacerles los recados y llevarles balones.

Osasuna empezó bien y terminó mal la primera parte, porque pasó de dominador a dominado, de marcar un golazo obra de Calleri tras una gran jugada por la banda izquierda, a comenzar a sentir el crecimiento del Eibar que, de la mano de su niño, Bryan Gil, se sintió más fuerte, con más posibilidades de encontrar un camino hacia la portería contraria. El gol de Kike García, en filo del descanso, dejó el partido congelado en el marcador, con todo por resolver. Aunque también estuvo en la cabeza de Torró finiquitar el encuentro -su testarazo fue repelido por la gran presencia física de Dimitrovic-, los hechos certificaron un decaimiento de la presión de Osasuna, un menor presencia en el campo contrario. El Eibar, que no es precisamente un gestor brillante del esférico, se marchó al descanso incluso con un porcentaje de posesión mayor. El equipo de Arrasate se había olvidado de todo lo bueno que había hecho solo unos instantes antes, cosas de las apreturas, del terror de la clasificación.

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Imágenes Osasuna-Eibar

El Eibar salió a buscarle a Osasuna y el retorno desde los vestuarios tras el descanso le dejó a los rojillos un partido muy feo y poco claro, con un equipo ambicioso enfrente que parecía no hacerle ascos a completar la reacción y la voltereta completa. Arrasate reanimó a los suyos con la entrada de Moncayola y Torres, que desnivelaron definitivamente el mando en el centro del campo, y también creó otro tipo de problemas con la inclusión en el partido de Adrián, que salió en lugar de Calleri porque el argentino andaba a mal traer con su cadera -eso evidenciaban sus gestos de dolor- tras haber peleado con todo lo que se le ponía a tiro y pugnar una y otra vez como un martillo sobre un yunque, sin volver la cara y yendo a todas partes.

Osasuna empezó a funcionar más y mejor con los cambios, a sacudirse el ímpetu con mal pie del Eibar -no disparó entre los tres palos en todo el segundo tiempo- y estuvo a punto de arreglar el partido con un duro lanzamiento de Roberto Torres que salvó Dimitrovic primero y después el larguero y cuyo rechace se enredó entre las piernas a Adrián, colocado en excelente situación para rematar. El equipo de Arrasate no sufría en defensa, a Bryan Gil se le estaban acabando las pilas y eso se notaba en la producción de centros y barullos, y llevaba muchos minutos tentando a la suerte en el otro área. Torres con un centro delicioso y Adrián peinando con la cabeza cumplimentaron el trámite anterior antes del gol de Budimir. El que dio una victoria vital a Osasuna para seguir con el ánimo rearmado, listo para esta larga pelea.

Ficha técnica

Ficha técnica

3 - Osasuna: Sergio Herrera, Nacho Vidal, Aridane, David García, Manu Sánchez; Kike Barja (Roberto Torres, m. 63), Oier (Moncayola, m. 63), Torró, Rubén García (Íñigo Pérez, m. 90); Calleri (Adrián, m. 71), Budimir (Gallego, m.90).

1 - Eibar: Dmitrovic; Arbilla, Oliveira, Bigas (E. Burgos, m. 46), Soares; Muto, Recio (Diop, m. 71), Edu Expósito (Quique González, m. 90), Bryan Gil; Enrich (Pozo, m. 71), Kike García (Sergio A, m. 85).

Goles: Calleri 1-0 (m. 18), Kike García 1-1 (m.44), Budimir 2-1 (m. 87).

Árbitro: Figueroa Vázquez (Comité andaluz), asistido por Martínez Moreno y Carreño Cabrera.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimosegunda jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio El Sadar a puerta cerrada.