- Solo porque el Chimy Ávila estuvo en la alineación desde el principio se debe asumir como más llamativa su presencia, porque ya ha quedado claro que las apariciones del delantero van a ser obligatorias y necesarias para determinar el estado en que se encuentra su definitiva recuperación y la perspectiva que se otea. Arrasate dijo hace unas semanas que no podía esperar a la pretemporada para calibrar el nivel que puede ofrecer en el próximo curso un futbolista excepcional con una trayectoria cercenada por dos lesiones graves consecutivas en las rodillas. El delantero argentino de Osasuna, una de las sensaciones de la Liga cuando se rompió por primera vez hace quince meses -llevaba entonces con veinte encuentros a sus espaldas nueve goles en Liga-, ya sabe que la parte fundamental de su restablecimiento está ahora en la reparación de su ritmo de juego y que el incremento de la marcha, de las revoluciones en las pugnas, la sensación de pelea verdadera y a mala cara, solo se logra en los partidos de competición oficial, trinchando los puntos con el rival.

El sábado ante el Real Madrid, el Chimy firmó dos remates a puerta: uno fue el primero de su equipo, a los nueve minutos del inicio del partido, y el otro, que terminó en gol tras cabezazo cruzado, fue anulado por fuera de juego -en la última jugada del primer tiempo-. No fue uno de los partidos de los rojillos con más producción ofensiva de los últimos tiempos y tampoco se acertó en algunas contras, alternativa que nació puntualmente pero que no cuajó en su finalización.

Desde que fuera convocado por primera vez en el encuentro contra el Huesca -el 20 de marzo- para ser aquel día mero espectador, el Chimy ha participado en cinco partidos de Liga. En los cuatro primeros, su concurso fue en los minutos finales; mientras que el fin de semana ante el Real Madrid disfrutó de su primera titularidad y de su presencia más larga en el terreno de juego, por encima de la hora -64 minutos-.

La gestión de la plantilla por parte de Arrasate asegura que el ariete va a seguir sumando minutos porque lo necesita y se trata además de uno de los activos seguros -si no el único de los de ahora- que estará en Osasuna la próxima campaña. En la actualidad, el club rojillo cuenta con cinco delanteros en nómina y solo tiene asegurada su continuidad el Chimy. Calleri y Budimir, los dos arietes principales, tienen condiciones de contrato que les vinculan a sus equipos de procedencia -el Maldonado y el Mallorca, respectivamente-. Solo en el caso del delantero croata Osasuna podría tener alguna opción ya que tiene una cláusula de adquisición preferente por ocho millones de euros. Calleri está en una cantidad de 20 millones para su compra y su futuro se asume que no está aquí. Adrián termina contrato y salvo sorpresa se marchará de Osasuna -maneja ofertas en el extranjero y también para volver al Oviedo- y sobre Enric Gallego, que tiene contrato hasta junio de 2022, su presencia testimonial en los planes del entrenador le asignan una incógnita acerca de su continuidad -que siga hasta 2022 le supondría a Osasuna abonar un millón de euros más y ya lleva tres en esta operación-. El futuro de la delantera pivota en el Chimy y hay que verlo.

LOS PARTIDOS DEL CHIMY