En un párrafo

o tenemos la menor duda de que los goles llegarán. Que no es que se nos vayan a caer de los bolsillos, que somos Osasuna, pero llegarán, claro que llegarán, y en la cantidad necesaria. Todo el que tiene un poco de memoria rojilla sabe cómo es una Liga de Osasuna sin gol y desde luego no se parece nada a los partidos que hemos visto contra Espanyol y Celta. Aquellas temporadas con medio tiro a puerta cada 90 minutos, sin profundidad, sin desmarque, sin anticipación, sin ideas y a merced de las defensas y el contragolpe de los rivales no tienen nada que ver con lo visto en estas dos últimas jornadas, en las que poco más que cierta precipitación y cierta falta de precisión en algún pase y de puntería en algún tiro (o algún penalti) se puede reprochar a los jugadores. Los goles llegarán. Por supuesto. Eso sí, que se den un poco de prisa, que no sería plato de buen gusto comenzar la Liga en el barro por no aprovechar las ocasiones que se generan.