cusar a Osasuna de falta de ambición en el partido que disputó ayer en el Ciutat de Valencia contra el Levante puede convertirse en un error mayúsculo atendiendo a a la definición que ofrece el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que señala que la ambición es el “deseo ardiente de conseguir algo”. Y no cabe duda de que lo que perseguía ayer Jagoba Arrasate era no encajar gol, objetivo que alcanzó su equipo para volver a sumar por segunda jornada consecutiva y acumular ya un botín de 21 puntos cuando todavía faltan tres partidos para concluir la primera vuelta de una Liga en la que ocupa una desahogada novena posición, que puede ser la décima si el Athletic empata o gana esta noche en Getafe.

Aunque es cierto que el entrenador de Osasuna puso ayer en liza de inicio a sus mejores artilleros de los dos últimos cursos, Ante Budimir y el Chimy Ávila, también lo es que apostó por una línea defensiva con tres defensas centrales, estrategia que únicamente había escogido para rendir visita a Villarreal, Real Madrid y Atlético. Una muestra más que evidente de que a Arrasate le preocupaba más guardar la ropa que nadar, sin importarle lo más mínimo la precaria situación clasificatoria y anímica del rival, un Levante colista de la categoría, con su tercer técnico del curso en el banquillo y con la peor racha de jornadas consecutivas sin ganar en Liga de la historia de Primera División -con el empate sin goles de ayer igualó el registro de 24 partidos sin ganar del Sporting entre junio 1997 y febrero de 1998-.

En cualquier caso, a Osasuna sí que se le puede acusar de no haber encontrado ayer la valentía suficiente para buscar con mayor ahínco la victoria en el campo del colista. Y es que el primer disparo entre palos del conjunto navarro llegó en los estertores del encuentro, merced a un lanzamiento lejano y demasiado centrado de Jon Moncayola cuando el equipo ya actuaba sin delanteros puros sobre el terreno de juego -Kike Barja y Rubén García sustituyeron al Chimy Ávila y Budimir a poco menos de media hora del final del encuentro-. Al equipo de Arrasate se le puede exigir una mayor osadía de la que demostró ayer en el Ciutat de Valencia, más aún teniendo en cuenta su holgada situación clasificatoria. Todo esto queda en el debe del equipo y en el de Arrasate, que en su haber se apuntan ya 21 puntos en 16 jornadas, lo que supone algo así como la mitad del trayecto hacia la permanencia.

La ambición de Osasuna fue la de no encajar gol, objetivo que alcanzó, pero le faltó atrevimiento para buscar el triunfo en el campo del colista