El trabajo de Osasuna con los futbolistas más jóvenes ha cobrado relevancia la pasada semana. Con motivo del sexto Encuentro de canteras de LaLiga, celebrado en Pamplona, los métodos aplicados al fútbol base en Tajonar y sus resultados han recogido un amplio eco. El club ha aprovechado el papel de anfitrión para publicitar sus avances en esta materia y ofrecer una imagen moderna y hasta vanguardista en algunos aspectos. Lo hizo también al socaire de la difusión, a través del CIES, de los datos que avalan a Osasuna como el undécimo equipo de las cinco grandes ligas y el sexto en el Campeonato doméstico que más futbolista de la cantera utiliza. A lo que habría que añadir el inminente ascenso del Promesas a 1ª RFEF y el mano a mano que el equipo juvenil sostiene con el Athletic por hacerse con el título de liga en su grupo de la División de Honor. La cantera rescató al club de su crisis más reciente y sigue siendo el cemento que une a la plantilla profesional, con un 42% de sus integrantes. No puede entenderse a Osasuna sin presencia de los futbolistas de la casa y cuando estos no han adquirido relevancia el rendimiento deportivo ha caído en picado e incluso ha llegado a tocar fondo.

Sin embargo, el concepto de cantera hace tiempo que rompió los límites territoriales. La labor de captación ha saltado fronteras en una y otra dirección. Llegan chicos de fuera de Navarra a las categorías inferiores y clubes de otras comunidades pescan en Tajonar con el reclamo de su nombre y el cebo de mejores propuestas económicas a la familia. En este fútbol globalizado, hasta el filial, el Promesas, apuntala puestos hoy con jugadores procedentes de Madrid, Valencia y Girona. Quiero decir que completar un trayecto desde los 8 años hasta el equipo profesional, como han hecho David García y Kike Barja, por ejemplo, es cada vez más complicado por el alto nivel de exigencia. Casi tan difícil como para el club retener a los chicos más talentosos. La práctica de ofrecer mejores contratos a los canteranos, ampliada en los últimos años, pretende no solo retener a los mejores sino enviar un mensaje al resto de que en Osasuna pueden hacer una carrera profesional.

En este sentido, aunque en días pasados todo han sido elogios al trabajo con la cantera, voces de Tajonar apuntan también la necesidad de una mayor profesionalización de los entrenadores que trabajan con las categorías inferiores, mejoras de dependencias y, aún aplaudiendo la buena organización de los últimos años, avisan de que "estamos muy lejos todavía de clubes como Athletic y Real Sociedad".

Los planes del club necesitan, por último, el respaldo del entrenador del primer equipo. Ayer, en Elche, había 9 canteranos en la convocatoria; 2 fueron titulares y 5 participaron en el partido. Con tibieza en algunos momentos, Arrasate está dando espacio a los chicos de la casa, ampliando tiempos de participación (como Javi Martínez este curso), animando el debut de otros (como Dufur e Iker Benito) o alimentando sus ilusiones con convocatorias para entrenar o para partidos amistosos. Esto último también debería estar subrayado en el 'Método Tajonar'. Para no quedarnos solo en la teoría.