Dijo Sergio, el entrenador del Cádiz, al acabar el partido que había sido un “partido típico de aquí” tras salir derrotado de ElSadar. Y no le faltó cierto punto de razón.Este Osasuna de las dos primeras jornadas ha rezumado cierto aroma al pasado. Al bueno, en concreto. Jagoba Arrasate ha podido conjugar el buen pie con el esfuerzo y la presión típicos de su juego. 

Osasuna mostró una solidez mayor que en el estreno liguero y eso se notó en que es difícil recordar una aparición de Sergio Herrera. Sí que estuvo acertado Rubén Peña en una carrera con el Choco Lozano y, justo lo contrario, fue Lucas, que falló una ocasión para empatar que le dio aire a Osasuna.

Poco más. Los rojillos supieron obligar a los andaluces a lanzar balones en largo gracias a su presión. Moi y Aimar brillaron menos con balón (excepto en una jugada extraordinaria del canterano) pero fueron los puntales de lanza de la presión. 

También hay que decir que pasó algo no muy típico de “un partido de aquí”:a Osasuna le pitaron dos penaltis a favor. Los dos claros, esta jornada sin debate, pero todos sabemos que eso no es normal y da hasta miedo pensar la sequía que se puede venir después de ver cómo pitan tres en dos jornadas. Así somos en esta tierra: la experiencia nos lleva a ponernos en lo peor siempre. Y más porque leías tras el partido algunas redes sociales y parecía que los rojillos tengan que pedir perdón porque les agarren en el área o el portero salga sin freno y se lleve al delantero como si de corredor atropellado por un Miura en medio de la Estafeta se tratase. Que no, que no fueron penaltitos. Ya basta con la cantinela.

Más allá de esto, Osasuna ilusiona. Arrasate ha conseguido que el equipo conecte con la afición como lo hacía otros años pero que se perdió la temporada pasada un poco. 

Y es que la rojez no pide mucho más: simplemente que se vivan partidos “típicos de aquí”. Ahora toca salir fuera y ahí se podrá calibrar el nivel actual de los rojillos. ¿Soñar con tres victorias es descabellado? Tal vez, pero mejor pensar cosas bonitas que estar metidos en una pesadilla desde el principio, ya llegarán los tiempos complicados.

P.D:Gran imagen para la posteridad la que dejó el cambio entre Torres y Aimar. 350 partidos de uno por la ilusión de que el otro llegue a los mismos que el de Arre. Sería una gran noticia.