Moi Gómez Bordonado (Rojales, Alicante, 23/6/1994) lleva casi media vida en el fútbol profesional. Debutó en Primera División con el Villarreal con apenas 17 años y a los 28 que cumplió el pasado mes de junio acumula casi 12 de trayectoria. Tras jugar también en el Getafe, el Sporting y el Huesca antes de regresar de nuevo al Villarreal, con el que el curso pasado alcanzó las semifinales de la Liga de Campeones (aunque sin minutos para él en las eliminatorias), este verano fichó por cinco temporadas por Osasuna, que pagó al cuadro castellonense por su traspaso 1,8 millones de euros (más variables por objetivos). Lleva dos meses y cuatro partidos oficiales en Osasuna, pero Moi Gómez, que ha aterrizado en Pamplona con su mujer y sus dos hijos (una niña de casi 5 años y un niño de 1), dice que es feliz en lo deportivo y en lo personal.

¿Qué hace un futbolista como usted en un equipo como Osasuna?

–Buena pregunta. Al principio fui importante en el Villarreal, pero con la llegada de otros jugadores fui perdiendo peso y tampoco tenía los minutos que quería. El míster (Unai Emery) me comunicó que no contaba conmigo y, a raíz de ahí, hablé con mis agentes. Tenía muchas posibilidades de ir a otros equipos, pero el que más me llenaba era Osasuna. Lleva muchos años haciendo las cosas muy bien, es un equipo con el que me identifico mucho y fue también el que más apostó por mí.

¿Qué más?

–También contacté con excompañeros que habían estado en Osasuna y que me hablaron maravillas del equipo y de la ciudad.

¿A quién llamó?

–A Andrés Fernández, a Lillo, al Chimy, a Rubén Peña, que firmó hace poquito... Mis agentes también me dijeron que Pamplona es una ciudad en la que se respira mucho fútbol y con gente muy apasionada. La verdad es que estoy encantado.

De todo lo que le contaron, ¿qué ha podido comprobar ya?

–Sobre todo que es un club muy familiar, que el vestuario está muy unido y que la afición es impresionante. Cuando había venido como visitante a El Sadar, el ambiente era increíble, pero ahora tengo la suerte de vivirlo como local. En el primer partido, contra el Sevilla, resultó espectacular.

¿Es diestro o zurdo?

–(Risas) Me lo preguntan mucho, pero soy diestro.

Pero le pega igual con los dos pies…

–Eso me viene de pequeño y no tuve que hacer nada. Viene de fábrica (risas).

¿De qué juega? ¿Interior, mediocentro, extremo, mediapunta...?

–A lo largo de mi carrera he jugado en varias posiciones, pero donde creo que puedo ayudar mucho al equipo es por dentro. Ahora estoy jugando en la banda, pero, por mi posición, tiendo a meterme hacia dentro para crear superioridades.

Contra el Sevilla, en el primer partido de Liga de Osasuna, actuó en las cuatro posiciones del centro del campo.

–Es verdad. Al final mi juego es de tener el balón y siempre intento buscar la pelota, tanto si el equipo está en bloque alto, como si está en bloque bajo. Soy un jugador de pedirla, de asociarme y el míster me da esa libertad para moverme por cualquier sitio de la zona de arriba.

Tiene cartel de futbolista ofensivo, pero en ese partido contra el Sevilla fue el jugador de Osasuna que más kilómetros recorrió, con 11,7.

–Siempre he estado muy comprometido con todos los equipos en los que he jugado. Me puede salir un partido bueno o malo, pero lo que nunca va a faltar es trabajo, esfuerzo, sacrificio, echar una mano a un compañero, ayudarle, ni tampoco bajar más a defender porque el rival tiene el balón. En este sentido creo que me identifico con Osasuna, un club muy unido y muy familiar en el que nos ayudamos los unos a los otros.

Pero eso no quiere decir que Osasuna sea un equipo que renuncia al buen trato del balón, ¿no?

–Al final cada equipo tiene su estilo. Sí que es verdad que el juego de Osasuna en los últimos años era más directo, pero con las incorporaciones y ahora con Aimar, que se encuentra en un buen momento de forma, hay más jugadores para asociarse y es bueno tener dos estilos dentro de un mismo equipo. Hay momentos en los que se puede jugar un poco más directo y momentos en los que se puede tener más el balón. Tener esas dos variantes es bueno para el equipo.

Saca a relucir el nombre de Aimar Oroz. ¿Qué le está pareciendo su rendimiento?

–Me ha sorprendido. Aparte de que como persona es un chaval muy bueno que quiere aprender mucho, como futbolista se le ve un talento diferente. Está empezando y le queda mucho, pero se nota su calidad. En el primer partido me sorprendió cómo quería tirar el penalti, y eso, con su edad, no lo hace cualquiera. Pero hay que dejarle tranquilo, que disfrute cada fin de semana, que juegue, que vaya cogiendo más responsabilidad poco a poco, sin meterle ninguna presión, pero es un jugador diferente y estoy seguro de que va a tener un gran futuro.

Hay que tener mucha personalidad para pedirle tirar el penalti al Chimy...

–Que tuviera ese gesto con Aimar dice mucho de cómo es el Chimy como persona, y Aimar demostró mucha personalidad lanzando ese penalti.

¿Qué me dice de su giro de tobillo para anotar el primer gol del partido del pasado domingo contra el Rayo Vallecano?

–Buah. La verdad es que fue un golazo. El pase atrás de Darko y luego cómo puso ahí la pierna para enviar el balón al palo largo. Fue un gol increíble. Me recuerda mucho a uno parecido que marqué yo con el Villarreal jugando contra el Granada.

Aprovechando que hace esta comparación, usted también debutó en Primera muy joven, con 17 años. ¿Qué consejo le da a Aimar?

–Que siga con la humildad que tiene, porque le dices una cosa y al rato ya no hace falta que se la vuelvas a repetir porque ya la entiende, y luego que siga jugando como él sabe, con las cualidades que tiene, que es un gran jugador y que no piense más allá, que no tiene que tener responsabilidad en el equipo, que disfrute, que sea él y que no se ponga presión.

Volviendo a usted, ha jugado de inicio los cuatro primeros partidos de Liga de Osasuna, tres de ellos al completo. Se puede decir que ha caído de pie en Pamplona.

–Tanto mi familia como yo estamos encantados con la gente, porque es muy amable y cariñosa, y a nivel futbolístico me encuentro bien. He venido a aportar esa experiencia que tengo y el míster está confiando en mí, aunque es verdad que hay jugadores que salen desde el banquillo, como pasó el otro día con Darko, Abde y Rubén García, y están haciendo las cosas bien. Tenemos una buena plantilla y muy amplia. Es bueno tener competencia porque nos hacemos buenos los unos a los otros y la temporada es muy larga.

Osasuna es quinto, ocupando puesto de Liga Europa y con los mismos puntos que el cuarto, la última plaza que da acceso a la Liga de Campeones. ¿Se habla de esta posibilidad en el vestuario?

–No mucho. Le damos naturalidad. Esto acaba de empezar y el primer objetivo aquí es la permanencia, porque sabemos que va a ser muy duro, ya que a lo largo de la temporada no siempre se está al mismo nivel, aunque queremos dar ese pasito, mirar hacia arriba y estar en la zona alta de la tabla, pero tenemos que ir paso a paso. Si miramos más allá, creo que nos equivocaríamos. Tenemos que disfrutar del momento e ir a Almería, donde sabemos que podemos ganar contra un gran equipo.

Osasuna ha logrado la victoria en sus tres primeros partidos en casa, pero ahora toca refrendar esa ambición a domicilio.

–Sólo llevamos un partido fuera y contra el Betis creo que como mínimo podíamos haber sacado un empate, aunque no pudo ser, pero en casa sí que estamos fuertes. Hay una conexión increíble entre el equipo y la afición. Estamos en un buen momento, pero tenemos que ser ambiciosos y dar un pasito más sacando puntos fuera de casa.

El partido del lunes en Almería puede ser la prueba del algodón.

–Sí. Tenemos que ir a ganar porque sabemos que ganando daríamos un puñetazo encima de la mesa, pero va a ser un partido muy duro porque ellos tienen un buen equipo, aunque creo que podemos sacar una victoria e ir mirando hacia arriba.

En lo personal, acumula ya dos disparos al poste y una mano a mano con el portero del Rayo que no acabó en gol por muy poco.

–Ya te digo. De momento soy el hombre palo (risas), pero ya tengo ganas de marcar un gol y sobre todo vivir lo que es meterlo en El Sadar con nuestra gente. Estoy cerquita, pero es peor no tener oportunidades que fallarlas. Estoy tranquilo y seguro que dentro de poco llegará.

Pero no pasaría nada si, por ejemplo, marca en Almería...

–No me quejaría (risas), pero creo que en El Sadar sería más bonito por la gente y el ambiente. Quiero marcar delante de nuestra gente.

¿Tiene pensada alguna celebración?

–Lo que salga en el momento. A veces sale bien y a veces no sé ni lo que hago, depende de la emoción del momento. Haré lo que salga.

¿Se ha marcado alguna cifra de goles?

–No soy mucho de números. Nunca me he puesto cifras, ni de goles, ni de asistencias, ni de nada, sino que soy más de ayudar al equipo, de echar una mano al compañero, aunque al final dar asistencias y marcar goles siempre es importante.

Dijo Braulio Vázquez, director deportivo de Osasuna, que los fichajes de Moi Gómez y Abde van a servir para que otros futbolistas de renombre se animen a venir a Pamplona en el futuro. ¿Qué siente al escuchar estas palabras?

–Siempre es una alegría que hablen bien de uno y creo que tiene razón, que Osasuna tenía que dar ese salto de traer otro tipo de jugadores. Ahora estamos los que estamos aquí y cada año que pase más jugadores de más nombre tendrán la ilusión y las ganas de venir a un club como Osasuna, que está creciendo.

Una más para terminar. Dicen que, tal y como está el mercado, fichar a Moi Gómez por 1,8 millones es una ganga. ¿Está de acuerdo?

–Puede ser. Al final, el mundo del fútbol es así, algunos poco y otros demasiado, pero lo que importa es lo que vengo a hacer aquí, que es ayudar, disfrutar y que salga una buena temporada a nivel individual y colectivo.