El portero Aitor Fernández Abarisketa (Arrasate-Mondragón, Gipuzkoa, 3/5/1991) fichó este verano por Osasuna tras rescindir su contrato con el Levante. Pese a que comenzó el curso como suplente, ya ha disputado dos partidos de Liga como rojillo, en los que no ha encajado gol, ambos en El Sadar. Con Sergio Herrera recuperándose de una sobrecarga en la rodilla izquierda, apunta a titular para el sábado en Vigo.

Le leo un tuit de @javierosasuna sobre usted: “Aitor Fernández es el tercer portero de Osasuna que no recibe gol en sus dos primeros partidos en Primera División, y el primero que gana esos dos partidos”.

–Y que siga la estadística para adelante, que será bueno para el equipo (risas). Estoy feliz de poder ayudar al equipo, que está a un nivel de la hostia y, cuando toca entrar, es más fácil.

Jugó su primer partido por decisión técnica y el segundo por un problema físico de Sergio Herrera. ¿Qué prefiere?

–Lo mejor es jugar siempre. Trabajamos para eso, pero hay que aprender que por desgracia en este deporte se llevan el mérito los once que juegan, aunque no hay ninguna plantilla de once en ningún equipo de fútbol del mundo. El mérito es de todos, todos entrenamos para jugar y los objetivos los consiguen todos o nadie. La competencia hace que apretemos el culo y que seamos mejores. Que todo el mundo entrene fuerte suma y los 20 puntos que llevamos son de todos.

Se estrenó en la jornada 10. ¿Cómo ha llevado la suplencia?

–Desde el rol que te toque siempre se puede aportar. Por ejemplo, en el día a día de los porteros, si vemos que uno para mucho, normalmente nos picamos entre nosotros para parar más que el otro. El rol que le toca a cada uno siempre ayuda al equipo, no desde si juego el fin de semana o no, porque eso es decisión de Jagoba (Arrasate) y nadie puede entrar. Es su quinto año en el club y lo que ha conseguido aquí es impresionante.

Osasuna no ha encajado gol en cuatro de sus 12 partidos de Liga, dos con Herrera de portero y otros dos con usted. Más allá de quién haya sido el guardameta, es una buena señal para el equipo, ¿no?

–Está claro que, si dejas la portería a cero, ya tienes un punto y es la hostia en esta Liga tan igualada, pero ahora mismo firmo ganar 100-99 todos los partidos y que me metan 99 goles, porque significará que estaremos arriba y ganaremos la Liga (risas).

Llevan 20 puntos en 12 jornadas.

–Yo puse un objetivo un poco ambicioso en el vestuario y dije que teníamos que hacer 21 puntos antes del parón por el Mundial, y estamos cerca. Aún quedan seis en juego y hay que ir a pelear los seis. Estamos capacitados para sacar algo positivo en Vigo y el día del Barça.

Con semejantes números a estas alturas, ¿sigue siendo la permanencia el objetivo de Osasuna?

–En la historia de la Liga todavía no se ha salvado nadie con 20 puntos. Queda muchísimo trabajo, aunque es verdad que estamos en un porcentaje de puntos que a la gente le está ilusionando, pero también es verdad que yo, el año pasado con el Levante, estuve veintitantas jornadas sin ganar y puede venir una racha mala. Por eso la frase mítica de ir partido a partido es buena. Siempre pongo como ejemplo que, cuando tienes un examen y lo dejas todo para el último día, te suele ir mal. Por eso hay que ir partido a partido, estudiando todos los días un poco y afrontar cada partido como si fuera el último. Así conseguiremos los objetivos, pero el primero es la permanencia. A partir de ahí, a soñar.

¿Ha tenido que recordar en el vestuario de Osasuna esa racha de 27 partidos sin ganar que vivió con el Levante entre el final de la temporada 2020-21 (8) y el principio de la 2021-22 (19) para frenar la euforia?

–Me ha tocado decirlo como anécdota, no para poner las pilas a la gente, porque aquí no hace falta. El que viene a vernos entrenar sabe que estamos a un ritmo altísimo. Saldrán partidos mejores o peores, pero la actitud de la gente es de diez.

¿Entiende que la afición se ilusione con objetivos más ambiciosos? Con Europa, por ejemplo.

–Está claro que la media de puntos así lo dice, pero todavía nos queda jugar contra Atlético de Madrid, Barça, Athletic, Real, equipos que a nivel de presupuesto y jugadores son mejores que nosotros. Está claro que vamos a pelear todos los partidos, pero tenemos que tener los pies en el suelo.

Sus dos primeros partidos como portero de Osasuna los ha jugado en El Sadar. ¿Qué tal la experiencia?

–Impresionante. Es verdad que, cuando vienes como rival, te das cuenta de lo que aprieta la gente, aunque a otro nivel, pero, cuando tienes al público de tu parte, es algo impresionante. En los momentos malos te ayuda y gran parte de los objetivos que se cumplan va a ser gracias a la afición. Siempre digo que la afición de Osasuna no viene a ver el partido, viene a jugarlo.

Una hinchada que aplaude tras las victorias y tras las derrotas.

–Es verdad. Los partidos que perdimos en casa contra Getafe y Valencia no fueron los mejores por nuestra parte, pero la afición reconoció el esfuerzo aunque no nos salieran las cosas. Así es más fácil darle la vuelta a la situación. Sin una afición así estaríamos más nerviosos en ciertos momentos.

El Sadar registró el pasado domingo en el partido contra el Valladolid su segunda mejor asistencia del curso, con 19.429 espectadores. Y eso que se jugó a las 14.00 horas...

–Es la ostra. Creo que también hay mucha gente esperando para hacerse socia, pero ahora no se puede. Es algo que habla bien de los aficionados. Se lo agradecemos y que sigan viniendo.