Osasuna pasa a lo grande

El Betis, un buen conjunto, se vio superado por la intensidad de Osasuna a la hora de mandar sobre el balón, cayó en las pugnas individuales y en los duelos, y cuando tenía todo a su favor para mantener un resultado favorable en la prórroga, se vio de nuevo golpeado por un oponente que fue un ejemplo de determinación y coraje, que estuvo a punto de voltearle el marcador en la prórroga. La falta de puntería de los rojillos, la ansiedad porque se veía la clasificación cerca, hizo que se aplazara el desenlace hasta los lanzamientos de los penaltis.

Sergio Herrera celebra su parada. Osasuna

Osasuna se clasificó para los cuartos de final ofreciendo una fantástica imagen de equipo. Hubo un acertado planteamiento por parte del entrenador -el Betis casi nunca estuvo cómodo en el partido y sufrió de lo lindo sin balón- y un compromiso de los futbolistas gratificante. Del ajuste entre los planes de Arrasate y la implicación de los jugadores surgió un Osasuna compacto. Que nunca se rinde.

El partido resultó largo, emocionante por todos los escenarios en que se movió. Osasuna salió ganador en todos ellos. La presencia de Moncayola en el lateral derecho fue la presentación más llamativa de una alineación perfectamente exportable y reconocible para la Liga, para la competición importante. Aunque hubo incidencia en ella por unas molestias de Moi Gómez que le hicieron ser titular a Aimar Oroz.

En el primer tiempo, Osasuna se supo sobreponer a un comienzo atropellado precisamente por el lado del lateral derecho de prácticas. Rodri inquietó en un par de acciones a Moncayola, pero el canterano rojillo acertó a dominar su nuevo espacio de trabajo y a manejarse en la decena de minutos iniciales en los que el Betis apretó y dominó. Osasuna supo entonces gestionar el partido. Primero, equilibró la contienda llevando el partido a una inmovilidad evidente, sin nada que sucediera en ninguna de las dos áreas; y después, en el cuarto de hora final, dio un paso al frente para llegar a un dominio territorial ante un Betis bloqueado. El conjunto andaluz no encontraba el modo de conectar con su director de orquesta, Canales, y sin él, no hubo balones para Rodri, Willian José y Luis Henrique. Osasuna fue creciendo por la creciente presencia de Abde en escaramuzas e intentonas y de sus botas nació la jugada que terminó en un balón en los pies de Darko, previa intercesión de Rubén García, que no logró completar su disparo porque se cruzó un defensa. Que algo no funcionaba en el Betis lo explicitaba la estadística: su único remate entre los tres palos fue en el minuto 45 y fue un lanzamiento de falta.

Controlado el rival, sin balón, a Osasuna le tocaba dar un paso al frente. Y comenzó el baile de emociones. El equipo de Arrasate salió a por el partido y, cuando mejor lo estaba haciendo, le llegó un golpe. Nada grave, a la postre, pero sí una punzada que pudo haber afectado en el ánimo. William Carvalho firmó un gol tras un rechace que pareció hinchar el ánimo del campéon. Osasuna mejoró con los cambios, la entrada de Kike Barja iba a resultar fatal para los locales, y se fue a la prórroga como lo hacen los buenos equipos. Primero Sergio Herrera realizó un paradón a Borja Iglesias a tres minutos del final y en el tiempo suplementario David García voló como un jugador con carácter para igualar.

Las ocasiones fueron para Osasuna en la prórroga, aunque su ambición fue castigada por un gol en contra tras una pérdida en el centro del campo. En la segunda parte del tiempo suplementario, Rubén García hizo saltar la defensa con un gol puro esfuerzo y habilidad. En la tanda de penaltis, Osasuna estuvo perfecto. Como durante todo el partido.

La plantilla de Osasuna, exultante en el vestuario del Villamarín tras eliminar al campeón de Copa, el Real Betis. CA Osasuna