No era el día de Chimy Ávila en Cádiz, a quien las cámaras captaron con gesto contrariado en un palco VIP del Nuevo Mirandilla después de caerse del once titular tras sentir molestias en el sóleo de la pierna izquierda en los ejercicios previos al partido. Sin embargo ocurrió algo que le devolvió la sonrisa y le alegró definitivamente la tarde. Fue un niño aficionado de Osasuna, de nombre Cristian, quien emocionó al delantero argentino con sus lágrimas de alegría por tener la ocasión de ver de cerca a su ídolo. Chimy se fotografió con él, le firmó una foto y le prometió su camiseta al término del encuentro. Cristian no cabía en sí de gozo tras unos instantes que nunca olvidará:

Otro que dejó buenas sensaciones en Cádiz fue Aitor Fernández, el portero rojillo: