La sexta temporada de Jagoba Arrasate en Osasuna

Arrasate afronta su temporada más exigente por el plan de asignaturas que tiene por delante. Cuatro competiciones –la Supercopa de España es para cuatro equipos, pero no por ello desmerece en el calendario– es como para tomar aire, respirar, relajar y empezar una larga carrera en la que habrá que apretar también los dientes en algún momento. El técnico rojillo se ha mostrado como un buen gestor del equipo en la Liga –a pesar de algunos periodos de dudas con rachas angustiosas sin ganar solventadas por la confianza del grupo en las ideas que se practican– y con él, además del ascenso como campeón de Segunda en su primera temporada en Osasuna, el equipo rojillo ha logrado la permanencia de forma relativamente holgada, por lo menos, sin el soplo frío del descenso en la nuca.

Pero el curso que se ha marchado ha sido su enaltecimiento en toda regla. Todo el curso de la mitad de la tabla hacia arriba, la clasificación en el séptimo puesto con pasaporte para jugar en la Liga Conferencia y la disputa de la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid (2-1) –un acontecimiento deportivo de primer nivel, pero un hecho extraordinario para la unión del osasunismo– han supuesto elevar todavía más el listón de sus méritos. La reválida de esta temporada por eso no es pequeña, porque es fácil acostumbrarse a lo bueno.

Arrasate es el segundo entrenador con más partidos de la historia de Osasuna tras Pedro Mari Zabalza (340 en todas las competiciones) y lógicamente es el único hombre capaz de asaltar el récord del venerado técnico pamplonés. Con contrato hasta 2024, es indudable que algún año más necesitará para atacar esa histórica marca, aunque quizás todo se andará.

La importancia del tándem que forman Arrasate y Braulio –que tiene contrato hasta 2026– es incuestionable como base del éxito deportivo, que sostiene lo económico y alimenta la luna de miel social con los aficionados. El director deportivo, autor de aquella famosa reflexión sobre el técnico como capitán del barco de Osasuna y la unión de todos a su destino –fue en enero de 2021–, ya anunció que veía a Arrasate con ganas de atacar el récord de partidos. Sabalza también sabe que no tiene mejor gestor en el banquillo para el Osasuna de su mandato.

“Sí sé que estoy hecho para Osasuna y parece que de momento el club también para mí”, dijo el entrenador durante la pasada temporada. Una de las claves del éxito de Arrasate quizás ha residido en esto, en dar con la tecla de lo que puede hacer Osasuna incrustado en una forma valiente de entender el fútbol, a base de centros, inmersión en el campo rival. Ha quedado claro que el “a por ellos” le gusta a Arrasate y le va a Osasuna.