Jugó y perdió ayer Osasuna contra el Atlético de Madrid en El Sadar (0-2), pero el desenlace del partido pudo ser otro bien diferente si el árbitro del partido, el alicantino Juan Martínez Munuera, natural de Benidorm y adscrito al Comité valenciano, hubiera dado validez al gol que David García anotó en el minuto 75 y que hubiera servido para neutralizar el que había marcado Griezmann en el 20. Pero ocurrió que el colegiado interpretó como falta un ligero toque de Aimar Oroz a Witsel antes de que el central de Ibero enviara el balón dentro de la portería de Oblak. El problema es que el centrocampista de Arazuri, como él mismo reconoció al término del choque, impacto con el belga al ser desplazado por un defensor del equipo madrileño.

“Giménez me mete un empujón y le toco un poco con los dedos (a Witsel), pero nada de codo”, se quejó Aimar en unas comedidas declaraciones a DAZN sobre el césped de El Sadar apenas un par de minutos después de la finalización del duelo. Cuestionado por la explicaciones que habían recibido del colegiado, el canterano se limitó a decir que “lo ha tenido muy claro”. La cuestión es que la repetición televisiva evidenció el empujón del defensor uruguayo al atacante rojillo, acción que propició el leve impacto sobre Witsel, que se desplomó como si le hubieran propinado un puñetazo.

Pablo Ibáñez también opinó lo mismo. “Hay un contacto previo a Aimar y eso ha llevado a la falta”, dijo, añadiendo que “nos vamos con mucha impotencia”. La misma que se desprende del título de la crónica que publicó Osasuna en su página de Internet poco después de la finalización del encuentro: “Una decisión arbitral tira por tierra una segunda parte soberbia de Osasuna (0-2)”. “Osasuna fue superior en la segunda mitad y David García consiguió igualar el 0-1, pero el árbitro decidió anular el tanto que, en una decisión incomprensible, no fue rectificada por el VAR”, añadió en el subtítulo, tildando de “grosero” el error de Juan Martínez Munuera.

Para rematar la polémica, también comenzaron a circular fotografías que demostraban que el empujón de Giménez y el leve toque de Aimar a Witsel se produjeron antes de que el córner fuera ejecutado, otro motivo más para considerar legal el gol.