Suele decirse mucho últimamente en el fútbol eso de que tal o cual partido se decidió por detalles, y es inevitable aplicárselo a Osasuna, pero a su estilo: el pequeño detalle de la falta previa a Arnaiz en el gol de Lewandowski en la Supercopa; el penalti no pitado ayer de Zubeldia a Budimir; o el más que dudoso penalti sí pitado y tarjeta roja a Catena. Con esto de los detalles, Osasuna no tiene suerte: casualmente, siempre se los pitan en contra. Y con un equipo en fase de no meterle un gol al arco iris, es sinónimo de derrota. En fin, adiós a la Copa y ahora solo queda lo que suele decirse en estos casos, que es que se van a centrar en la Liga... con el miedo que da ver que queda toda la segunda vuelta y que a nada que espabilen ahí abajo –que alguno lo hará, aunque solo sea por pura estadística– nos podemos encontrar el día más tonto metidos en el barro hasta el cuello. Eso sí, por detalles.