Osasuna va cumpliendo con la hoja de ruta que se ha autoimpuesto y con la victoria frente al Alavés ha dado un paso más en la clasificación. El equipo de Arrasate avanza en los puestos y se mete en un mundo de cábalas y deseos para estos últimos meses de competición. Estar en estos momentos en la mitad de la clasificación, con la mirada hacia arriba, con varios rivales a tiro, además en una temporada poco regular y coloreada en gris resulta muy meritorio. Que el examen de la permanencia se vaya aprobando con nota, tampoco debe olvidarse. Otra cosa es que la altísima expectativa del inicio del curso haya podido distorsionar la vida cotidiana y valiosa que discurre en la Liga. Pero con la reacción del equipo en estas últimas jornadas este calor se vuelve a notar, y es conocido y agradable.

Frente a un rival compacto y con las ideas claras, un conjunto en el sentido literal de la expresión, Osasuna encontró a Budimir como gran solución. El delantero croata, condicionado por la máscara para proteger la zona derecha de su cara tras la fractura sufrida en la anterior jornada frente a Las Palmas, no sólo completó una actuación como si la lesión no fuera con él –esto se veía venir conocida su disciplina–, sino que expuso un coraje y una determinación dignos de elogio. Y subiendo los escalones del partido a base de intensidad, responsabilidad y excitación –hace tiempo que no se veía a un jugador tan encorajinado y motivado por el partido y cualquier circunstancia, incluso los saques de banda–, Budimir además anotó el gol del triunfo. Una diana fantástica, fuera del hábitat por donde transitan los rematadores, pero un gol en el que evidenció las ganas en la búsqueda de la portería y señaló a un futbolista que está en estado de gracia, en un interesante proceso de crecimiento. Budimir, con ese zurdazo genial, ávido de gloria, se cuela de lleno en la zona de goleadores históricos, llegando a una cifra muy importante, 14 goles, todavía con muchos partidos por delante para ir incrementándola. Aumentando prestigio.

Las peripecias personales le van a dar interés a este todavía largo final de temporada que, con la victoria ante el Alavés, también le pinta bien a Osasuna en cuanto a alicientes, motivacoines. Los 36 puntos de los rojillos le crean un cosquilleo en el cuerpo sinónimo de ilusión. 

Pero hasta que Osasuna se marchara feliz por el resultado –preocupado por el parte de bajas de un encuentro con incidencias en forma de serias lesiones–, hubo que picar mucha piedra, sobreponerse a las pautas de un derbi vigoroso y muy disputado, intenso y recio, fútbol, que no está mal reconocerlo en medio de las normas que lo recortan y malinterpretan. Hasta que el partido empezó a funcionar conforme a las pautas del juego, se había convertido en una sucesión de sustos. A Kike Barja se le fue la rodilla a los siete minutos y, pese a aguantar un cuarto de hora en el césped, su articulación izquierda le lanzó un aviso para que se fuera, con mala pinta el trance. El Alavés también se dejó por el camino antes de la media hora a Abqar, en este caso tras una pugna rutinaria con Budimir –choque por un balón viajando en el aire– que dejó al central tocado en el costado y, a los poco minutos, también camino de los vestuarios con antelación.

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Imágenes de la lesión de Kike Barja Oskar Montero

Entre los sucesos se cruzó el fútbol para ofrecer una primera parte con ocasiones de gol, con más dominio de la pelota de Osasuna y apariciones puntuales y muy peligrosas del Alavés como réplica. El conjunto vitoriano dispuso de dos oportunidades consecutivas pasados los diez minutos en los que ante los remates de Benavidez y Guridi se interpusieron con acierto David García y Sergio Herrera.

Superados los minutos de noqueo, también condicionados por las lesiones, tomó el mando del partido Osasuna para encerrar al Alavés a base de centros por las bandas y presencia cerca del área. David García cruzó fuera un córner de cabeza y los rojillos empujados por la presencia de un insaciable Budimir también enseñaron a su delantero favorito, luego letal. Si en un córner su testarazo se marchó fuera con un ímpetu impresionante, en el último minuto decidió golpear con el pecho y obligar a la estirada al meta del Alavés. Samu, un futbolista para seguir de cerca porque con 19 años ofrece todas las soluciones en el ataque, mandó con sutileza al poste en el tiempo añadido para advertir que el conjunto vitoriano había sido contenido, no derrotado.

Antes de que Budimir, bien aliado con Aimar Oroz, se pusiera al mando de las operaciones, el Alavés enseñó el colmillo con una entrada en el segundo tiempo a toda pastilla. Con dos delanteros –Kike García junto a Samu–, el equipo de García Plaza agarró el partido por la pechera. Rioja probó a Sergio Herrera solo unos minutos antes de que Budimir mostrara su voracidad. Él solo presionó a toda la defensa, tumbó a zagueros y ganó espacios, incluso reclamó penalti porque el torbellino que montó se llevó por los suelos a un rival descompuesto.

El parte médico iba a ir aumentando porque David García cayó en una pugna con Samu y Unai entró en su lugar, justo antes del inicio de un largo final loco, y feliz. Sivera y Sergio Herrera, en minutos consecutivos, se lucieron ante Rubén García y Samu, mientras Budimir seguía como un poseso incordiando a la defensa y exigiendo determinación a sus compañeros. Por eso, cuando en una buena jugada de ataque pilló el balón en el borde del área, a nadie sorprendió que armara la zurda y largara un zapatazo imparable, con la serenidad del cirujano. El mejor jugador del partido se llevaba el premio del gol y recompensaba a un Osasuna que demostró que está en forma, que sigue en racha, que se apunta a soñar, que se quita la máscara.

-Ficha técnica

1 Osasuna: Herrera: Areso, David García (Unai García, m. 68), Herrando, Mojica; Moncayola, Torró, Aimar (Iker Muñoz, m. 79); Rubén García (Pablo Ibáñez, m. 79), Budimir (Raúl García, m. 79), Barja (Moi Gómez, m. 15).


0 Alavés: Sivera: Gorosabel, Abqar (Tenaglia, m. 24), Rafa Marín, López; Guevara, Benavídez, Guridi (Kike García, m. 46); Sola (Vicente, m. 46), Samu (Giuliano, m.74), Rioja (Hagi, m. 86).


Goles: 1-0 Budimir (m. 76).


Árbitro: Javier Figueroa Vázquez (Comité andaluz), asistido por Granel Peiró y Martínez Serrato. El colegiado principal mostró amarilla a Torró y Herrando. Por parte visitante a Vicente.


Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimoséptima jornada de la Liga EA Sports disputada en el estadio El Sadar ante 17.215 espectadores.