Entre lágrimas, tragándose el mal rato, Luis Sabalza dijo que quería que Arrasate hubiese sido el entrenador hasta el final de su mandato, es decir un año más, y que ello, dicho de forma fina, le fastidiaba por el lado personal, por la relación con el técnico, pero también por su peso evidente en el devenir del club.

No es para menos, porque Arrasate le ha dado estabilidad a Osasuna y a la gestión deportiva del presidente al frente del club. Seis temporadas son muchas al frente de cualquier equipo, pero seis años pueden convertirse en una eternidad si no acompañan los resultados, si hay sufrimiento y chirriar de dientes en las gradas, terror en el palco y temblores en las cuentas.

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Jagoba Arrasate, en el entrenamiento el día después del anuncio de su despedida Oskar Montero

En junio de 2018 aterrizó por Pamplona Arrasate y, desde entonces, ha imperado la calma, es decir, la excitación de un ascenso, de la permanencia tranquila, de la Copa, de llegar a una competición europea. Antes de que se decidiera la destitución de su antecesor, Diego Martínez, Sabalza acumulaba en poco más de cuatro años de mandato –accedió a la presidencia en diciembre de 2014– cinco entrenadores en su colección: Jan Urban, José Manuel Mateo, Enrique Martín Monreal, Joaquín Caparrós y Petar Vasiljevic. Seis técnicos en cuatro años y medio y uno –Arrasate– en seis. Está claro por dónde llegó el final del terremoto. Apacible ha sido el tiempo con el entrenador vizcaino, tan apacible que no ha habido corte por lo sano por parte de la directiva sino salida airosa del técnico. Aunque duela.

Si cuando llega junio y el verano, los aficionados se alistan a las especulaciones y cuadrar situaciones y tramas que lleven a su equipo a jugadores atrayentes para el siguiente curso, en el caso de los hinchas de Osasuna no cabe duda de que ya saben que el fichaje estrella de esta temporada debe ser el entrenador. La tarea para la dirección deportiva no se antoja sencilla porque la decisión del máximo responsable del vestuario no es un asunto ligero, al contrario, es una apuesta de mucho calado en la que, en el caso de Osasuna, además llegará tras una exitosa trayectoria en los últimos tiempos. Arrasate se va a ir con el sobresaliente en la cartilla de calificaciones, como uno de los grandes actores de la paz social y llave de la cohesión del osasunismo. O sea, mucho.

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Risas y lágrimas: la trayectoria de Jagoba Arrasate en Osasuna DIARIO DE NOTICIAS

Braulio dijo en broma –seguro que hay también su punto serio– que le había pedido consejo al propio Arrasate por un entrenador como relevo. Toda luz para alumbrar a los candidatos va a ser poca. Braulio y Cata, a los que les gusta hacer las cosas con tiempo y tratar directamente con los futuribles –hubo un casting largo cuando la elección de Diego Martínez y de Arrasate después–, tienen terreno y cierto margen de tiempo para abordar la contratación, cuya decisión final corresponderá a la junta directiva. Todos los entrenadores que están en primera línea, los que tienen equipo por supuesto y los que están buscando también, manejan datos y conocimientos de las principales plantillas, pero el técnico que llegue a Osasuna será mejor que lo haga con tiempo. De hecho, fue uno de los llamamientos de Sabalza a Arrasate para la toma de su decisión más o menos rápida.

Arrasate anuncia su adiós en rueda de prensa DIARIO DE NOTICIAS

Acertar con el nombre, atinar con el perfil es el objetivo. El próximo técnico ya sabe que tendrá la permanencia como objetivo, que los recursos económicos para los retoques de la plantilla son limitados, que la cantera empuja. Osasuna es un destino apetecible porque se presenta como un proyecto consolidado. Pero hay que hacer que ande. Ya se espera al octavo entrenador.

LOS DATOS

Seis entrenadores. En cuatro años y medio en la presidencia de Osasuna, Sabalza tuvo de entrenadores a Jan Urban, José Manuel Mateo, Enrique Martín Monreal, Joaquín Caparrós, Petar Vasiljevic y Diego Martínez.

Y luego uno. En los seis años siguientes, Jagoba Arrasate ha sido el único inquilino del banquillo. En breve llegará el octavo.