Se acabó la era Arrasate en Osasuna. Seis años gloriosos con muchísimos altos y muy pocos bajos bajo las órdenes de un hombre normal que ha elevado el osasunismo como pocas veces se ha visto en la historia de este club. 

Pero no solo por unos inolvidables resultados deportivos, sino por un casamiento casi idílico con la afición de Osasuna y con la idiosincrasia rojilla.

Las bufandas, el tifo o todo lo ocurrido durante toda la semana demuestran el cariño que se le tiene a Jagoba aquí, pero también gestos como el del cuerpo técnico con la dueña del Garazi u otros que no han trascendido, demuestran que muchas ganas de irse de Pamplona no tenían. 

No hay muchas vueltas más que darle a la posibilidad que desde el club no se haya hecho lo posible para renovarle. Todo el mundo sabe lo que hay y el que niegue la realidad tal vez tenga algún tipo de interés en hacerlo. Quién sabe. 

El hecho es que se marcha el mejor activo de Osasuna para atraer talento, crear comunidad y afianzar el sentimiento osasunista. Vamos, que se va una persona que ha tapado muchas carencias que desde el club y su planta noble o no saben o no han querido hacer. Pero ahí estaba Jagoba. Primero, y lo más importante, para hacer que la pelotita entre y, segundo, lograr una paz social complicada ante algunos actos perpretados por otros empleados del club de más rango pero mucho menos cariño. Sorprende que cuando mejor le ha ido a Osasuna en lo deportivo, la entidad no ha podido crecer económicamente y, además, su deuda se ha incrementado y así va a seguir. Eso sí, todo con CVC, los grandes salvadores del fútbol, llevándose un porcentaje de los ingresos televisivos tan vitales para poder darle la vuelta a la situación

Así que surge la pregunta de qué pasará ahora. El legado de Jagoba es enorme, pero su sombra también lo puede ser y el que venga no debería de pagarlo ya que no tendrá culpa alguna. La afición rojilla tendrá que tener algo de paciencia y de recuerdo de cómo empezó Jagoba en su año en Segunda. Y también al nuevo entrenador solo se le tendrá que exigir resultados y que entienda dónde viene, no que ocupe parcelas para los que ya cobran (y muy bien) algún alto ejecutivo. Mucha incertidumbre, pero que salga bien, por el futuro del club.