La venganza del Chimy
El argentino suple en el descanso a Vitor Roque, autor del 0-1, y hace el definitivo 1-2 en su regreso a un Sadar que le recibe con pitos
Regresó el Chimy Ávila a El Sadar, o más bien Ávila Chimy, que es lo que se puede leer ahora en la parte trasera de su camiseta de jugador del Betis, club en el que recaló en el tramo final del pasado mercado de invierno a cambio de cuatro millones de euros y otros beneficios económicos para Osasuna, equipo en el que permaneció cuatro temporadas y media y al que ajustició con un gol en el minuto 73, el definitivo 1-2. El argentino, que empezó el partido en el banquillo, sustituyó en el descanso al lesionado Vitor Roque, autor del 0-1, y marcó el tanto de la victoria del Betis en un Sadar que pitó e incluso insultó al futbolista rosarino, como él mismo reconoció en declaraciones postpartido al micrófono de DAZN.
“Tengo una mezcla de sensaciones”, dijo el Chimy Ávila poco después de la conclusión del encuentro. Y se explicó: “Con lo bonito que la pasé aquí (en Osasuna), me voy desilusionado por los pitidos que he recibido y por los insultos, pero no guardo rencor a nadie y sigo enamorado de este club”. Insistió el exrojillo en que “es el oficio del futbolista, que tiene que pasar buenos y malos momentos, pero se me ha retorcido el corazón al escuchar los pitos y el muérete”.
El Chimy Ávila celebró el tanto que le dio la victoria a su equipo y que deshizo el empate que había logrado Osasuna unos minutos antes merced a un gol de Lucas Torró. ¿Celebró su diana con especial energía por los pitos y los insultos que le dedicó la grada de El Sadar? El argentino se mostró profundo en su respuesta: “Ha sido una celebración de emoción y también de tristeza. Si le ha molestado a alguien, le pido perdón desde aquí, pero me han dolido los pitos y los insultos porque tenía a mi familia en el estadio, mi hijo nació aquí y a mis hijas les había dicho durante la semana que iban a aplaudir a su padre”. Pero no ocurrió nada de eso. La gran mayoría de la afición de Osasuna tributó una sonora pitada al Chimy, confirmando así su relación de amor-odio con un futbolista al que idolatró en su día y al que mostró su desprecio con pitos.