El sueño de Youssouf Diarrá
El centrocampista del Tenerife, rival copero de Osasuna, tuvo su paso por Navarra en el Ardoi y el Txantrea
“Ojalá tuviera la oportunidad de llegar lejos (en el fútbol), pero no me puedo olvidar de los estudios”. Estas palabras pertenecen a Youssouf Diarrá, en una entrevista concedida a DIARIO DE NOTICIAS en agosto de 2016, cuando el hoy jugador del Tenerife militaba en el Txantrea y tenía estaba a punto de cumplir la mayoría de edad. 8 después, y tras una larga historia de superación, el mediapunta es una de las cartas que tiene el conjunto tinerfeño para disputar la tercera ronda de Copa del Rey ante Osasuna en mitad de una temporada complicada para ellos, inmersos en posiciones de descenso a Primera RFEF y con algún que otro tema extradeportivo que ha afectado al equipo.
Nacido el 13 de septiembre de 1998, Youssouf Diarrá comenzó a dar sus primeras patadas al balón en las calles en su Bamako (Mali) natal, donde hablaba bambara y su mayor afición era el fútbol, a pesar de que allí no hay clubes. Criado con sus padres, a los 8 años Diarrá cogió un avión con su hermano mayor y aterrizó en Lleida ante la escasez de comida en su tierra. Su padre había llegado antes para buscar trabajo y recaló en una granja, donde se reunió toda la familia de nuevo. Era 2006 y recaló en el Cervera, su primer equipo, en categoría alevín. En una conversación con ‘El Correo’, Rubén Fernández, coordinador deportivo, dijo de Diarrá que “era muy majo. Un poco pillo, pero muy majo. Se hacía querer. Y vivía para el fútbol. Si no estaba jugando estaba viendo partidos. Youssouf es de los que ha nacido con un balón dentro”.
Aventura en Navarra
Tras cinco años en el Cervera, pasó al Tárrega y, posteriormente, al Lleida juvenil, aunque ya estaba en la órbita del Espanyol. A los 17 años, en 2015, su vida dio un giro, siendo Navarra su próximo destino, a pesar de que los agentes quisieron que probara suerte en el fútbol italiano. Sin embargo, su padre prefirió que se quedara en España y el Ardoi fue su siguiente equipo, a quien ascendió de Liga Nacional a División de Honor. A Zizur llegó sólo, su agente se encargó del alojamiento, el club de lo deportivo. Los responsables de las categorías inferiores de la selección de Mali ya le tenían en su agenda: estuvo a punto de acudir al Mundial Sub17 en 2015, pero una dolencia en el tobillo le impidió participar en un campeonato en el que sus compañeros terminaron subcampeones, derrotados por Nigeria (0-2) en la final.
Félix Gárriz, coordinador del cuadro zizurtarra, comenta que “Juani Oyaga, que vive en Zizur, me dijo: ‘Oye, Félix, tengo a un chico que quiere probar. ¿Lo queréis?’. Nosotros estábamos en Liga Nacional, peleando el ascenso con la Mutilvera a División de Honor. Llegó en Navidad y a los diez minutos de su primer entrenamiento, lo fichamos. Era un chaval súper educado, súper correcto, súper profesional... se llevaba muy bien con los compañeros”. El vestuario acogió entonces con los brazos abiertos a un jugador “que lo daba todo, desde el primer momento sabía que venía a buscar su oportunidad. Se adaptó rápido, ese grupo era muy bueno, eran ganadores y querían subir a División de Honor”, agrega Gárriz. Y así fue. Ese fue el primer equipo del Ardoi que logró el hito del ascenso.
“En diez minutos en su primer día lo fichamos. Era súper educado, súper correcto y súper profesional”
El impacto de Youssouf Diarrá en El Pinar fue tal, que el coordinador del Ardoi no olvida que “a los dos meses ya había revuelo. Entrenaba con el primer equipo, en Tercera, pero no le hicimos debutar, y con Osasuna un día a la semana en Tajonar, pero después de tres meses no se decidieron a ficharlo y entonces lo fichó el Athletic, que lo dejó cedido en el Txantrea, club convenido”. Por último, Gárriz reconoce que “mantenemos el chat de whatsapp de aquel equipo y de vez en cuando hablamos”.
De esta manera, el futbolista entró en la órbita del conjunto rojiblanco. En agosto de 2016 debutó con el equipo del barrio y anotó su primer tanto en Tercera División. José Luis Nagore, presidente del club txantreano, reconoce que Diarrá “llevaba poco tiempo aquí pero ya llamaba la atención. El equipo de captación lo vio, fuimos a verle un par de veces, hablamos con sus representantes, que ya tenía a su edad, a ver si querían venir y así fue”.
Su rendimiento fue inmediato y en febrero fue a Lezama a realizar una prueba con la entidad zurigorri, de la que es convenido la que preside José Luis Nagore. En aquellas pruebas orquestadas en Lezama había jugadores de clubes convenidos de la extinta Segunda B, Tercera y División de Honor. Y debió aprovechar la oportunidad porque el Athletic ha acabado firmándole para el Basconia y con la vista puesta en el filial. “No era usual que el Athletic se fijara en un jugador de tanta edad, porque de normal hace pruebas para incorporar jugadores en categorías inferiores, pero fue a probar a Lezama y les gustó”.
“Diarrá es un cielo. Si algo nos sorprendió a todos era lo sencillo que era y lo buena persona que es”
El directivo admite que fijarse en el jugador fue un “acierto” y que terminara en el Athletic, club del que el Txantrea es convenido, “habla bien del trabajo que hace el equipo de captación y del trabajo del club, porque los clubes intentamos hacer jugadores para los clubes de los que somos convenidos”. Hace ya casi una década de ello, pero Nagore no olvida que “Diarrá es un cielo. Si algo nos sorprendió era lo sencillo que era y lo buena persona que es. Seguimos teniendo relación y cada año solicitamos una camiseta para el sorteo de Navidad”, antes de reconocer, sin duda ninguna, que en lo deportivo “nos dio mucho”.
Así, una vez terminó su etapa formativa, Diarrá siguió creciendo hacia el fútbol profesional. El Córdoba, con quien logró el ascenso a Segunda División la temporada pasada fue el paso previo a llegar al Tenerife, donde disfruta de su primera temporada, a pesar de que, deportivamente hablando, al club tinerfeño no le están saliendo las cosas como les gustaría. Ahora, en Copa, ante Osasuna, seguirá cumpliendo su sueño.