Si los resultados de pretemporada tenían ese valor condicionado de un periodo de pruebas, la primera victoria ante el Mirandés debería tratarse en el mismo nivel si no fuese porque las sensaciones positivas con final feliz siempre deben ir en otro saco, porque tienen otro peso.

Osasuna venía haciendo las cosas bien en anteriores amistosos –contra el Racing se expusieron argumentos para la victoria–, y contra el exequipo de Lisci se encontró el premio. El conjunto del técnico italiano mostró que se está trabajando en la variedad de planteamientos, cosa que se sabía pero que siempre ilusiona en su plasmación atinada en el campo.

Los tres centrales con dos laterales junto a ellos ejerciendo de extremos siempre que se pueda mostraron un Osasuna equilibrado en ataque y defensa y ambicioso. Fue lo más interesante del encuentro. El Mirandés –con pocos jugadores en su plantilla aún– se estuvo mirando al espejo durante muchos minutos de la primera mitad porque el conjunto burgalés con Lisci en el banquillo esgrimió esa propuesta como habitual durante la pasada Liga en Segunda, la que llevó a las puertas del ascenso.

Por las cuestiones tácticas generales el partido resultó interesante, como también por algunos detalles particulares. La aparición junto al gol de los dos delanteros principales de Osasuna siempre es una buena noticia aunque sea en un amistoso. Raúl García estuvo en condiciones de recoger un racimo de goles –hizo dos–, mientras que Budimir siempre está a estas cosas. Las aportaciones de Kike Barja por las dos bandas fueron muy llamativas, sobre todo porque parece que le puede a tocar el papel de carrilero largo, incrustado en un sistema que también va a requerir de su faceta defensiva.

A la espera de que se plasme alguna nueva incorporación, Lisci sigue buscando el mejor encaje de los jugadores en su idea de equipo y planteamiento y quizás el italiano vaya a ofrecer algún papel distinto a alguno de los jugadores –Moi Gómez se presenta como un manijero total–.

El viernes, viaje a Alemania

La plantilla de Osasuna se entrenó en Tajonar para recuperar tras el último amistoso y mirar el último compromiso de la pretemporada, en Friburgo frente al equipo alemán. No será un partido al uso, ya que se compondrá de tres tiempos de 45 minutos. Es decir, tiempo para repartir muchos minutos a todo el mundo. Víctor Muñoz completó el entrenamiento con el resto de sus compañeros; Iker Benito ha proseguido con su proceso de recuperación y Rubén García no se entrenó debido a unas molestias en el cuádriceps derecho. El equipo se entrena este viernes por la mañana y por la tarde pondrá rumbo a tierras alemanas, donde este sábado se medirá al Friburgo en el Europa Park Stadion a partir de las 15:00 horas.