No ha acudido mucha gente a la Ciudad Deportiva de Tajonar este martes para seguir el entrenamiento del primer equipo de Osasuna, el segundo de la semana para preparar el retorno de los rojillos a la Liga del próximo sábado, cuando a partir de las 21.00 horas visiten al Atlético de Madrid en el Metropolitano. Pero entre la escasa audiencia en la grada se ha podido ver a una persona que no ha perdido ripio de lo que ha sucedido sobre el verde. Su nombre, Pedro Ángel Aicua, abuelo materno de dos de los más prometedores futbolistas de la cantera rojilla: Aimar y Asier Bonel. El primero de ellos, el mayor y que en la actualidad se recupera de una lesión, le ha acompañado durante un buen rato; y el segundo, el menor, se ha ejercitado a las órdenes de Alessio Lisci, motivo principal de la presencia de su orgulloso abuelo en Tajonar.

Asier Bonel Aicua (Caparroso, 17/1/2008) ha sido uno de los cinco futbolistas del Promesas que han trabajado este martes con el primer equipo de Osasuna (también lo han hecho el portero griego Dimitrios Stamatakis, Bruno Pérez, Xabi Garín y Carlos Lumbreras), mientras que su hermano Aimar (Caparroso, 19/5/2006), con el que comparte vestuario en el filial y que ahora mismo está lesionado, se ha tenido que conformar con ver parte de la sesión desde la grada. Eso sí, con la mejor de las compañías, la de su abuelo.

“Toda España he recorrido para ver sus partidos”, cuenta Pedro Ángel Aicua, de 77 años, sobre sus nietos, revelando además que, pese a no haber antecedente alguno en la familia, salvo algún escarceo del padre de Aimar y Asier en el Azkarrena de Caparroso, “los dos han querido ser futbolistas desde pequeñicos”.

Pugna de Asier Bonel, a la derecha de la imagen, con Víctor Muñoz. Oskar Montero

Bombillas y cristales rotos

Con un inconfundible acento ribero que reviste de una gracia especial todo lo que cuenta, el abuelo de los Bonel también se queja de “anda que no me han roto bombillas y cristales en el corral”, en Caparroso, el lugar donde comenzó todo para Aimar y Asier. “Allí se entrenaban con su abuela, que se ponía de portera”, desvela el Pedro Ángel, que pone nombre a la verdadera mentora de las dos perlas rojillas: Ascen Zalduendo.

Los Bonel comenzaron a meter goles con la Ascen de portera, que seguro que alguno que otro se dejó para hacer más felices a sus nietos, Aimar y Asier, a los que la suerte con las lesiones no les ha acompañado en los últimos tiempos. “Ha estado fastidiados los dos”, destaca su abuelo, que, no obstante, repasa con satisfacción la trayectoria de ambos: “El año pasado estuvieron en el Subiza y ahora han subido los dos al Promesas, así que poco a poco van haciendo el camino”.

Con Asier Bonel de fondo participando en el entrenamiento dirigido por Alessio Lisci, su abuelo se muestra cauto a la pregunta de si ve a sus nietos llegando al primer equipo rojillo para quedarse. “Es que hay muchos y muy buenos”, reflexiona, aunque no tarda en matizar que, “para mí, son los mejores”. Tanto en el fútbol, como en sus estudios, porque “no hay que decirles nada, son responsables y estudiosos”.

Internacional en categorías inferiores

Y así se despide Pedro Ángel Aicua para seguir las evoluciones del entrenamiento de Osasuna, en el que su nieto, Asier Bonel Aicua, acaba de meter un gol en el partido en campo reducido organizado por Lisci. Y su abuelo lo celebra, como en su día festejó la llamada de la selección española en categorías inferiores. “Tres veces ha ido y le hemos acompañado. Una fue a Italia y las otras no me acuerdo”. Y que sean muchas más.