Piqué y su "humillación" en El Sadar: "Ese día Lekic parecía Balón de Oro"Mikel Saiz
Gerard Piqué ha vuelto con fuerza a su proyecto de la Kings League. Lo ha hecho presentando a sus dos nuevos presidentes, Marcelo, ex del Real Madrid, y Plex, Youtuber. En un vídeo del segundo, el excentral del Barcelona ha reconocido que su "mayor humillación" fue en El Sadar.
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"Mi mayor humillación? Era 2012 creo y en Osasuna (sic) hacía mucho frío", comienza contando Piqué. El catalán se refiere al 11 de febrero del 2012, en un partido en el que su equipo se dejó media Liga en El Sadar.
Y habla, concretamente, de un jugador: Dejan Lekic. "El suelo era cemento, no sé clavaban los tacos y Osasuna tenía un delantero muy alto, croata creo (era serbio)...". Aquel ariete no era otro que Dejan Lekic.
Dejan Lekic llegó a Osasuna en el verano de 2010, fichado por unos 2,6 millones de euros, una inversión considerable para el club en aquel momento. Venía de ser uno de los goleadores más prometedores de la liga serbia con el Estrella Roja, y aterrizaba en Pamplona para aportar altura, potencia y presencia en el área.
Su etapa en el conjunto rojillo fue irregular, alternando momentos de brillantez —como el histórico doblete ante el Barça en 2012— con periodos de sequía goleadora y lesiones. Aun así, se ganó el cariño de la afición por su entrega, su carácter y su papel decisivo en algunos partidos clave, como su doblete ante el Barcelona.
"Lo hicimos internacional (ya lo era)...aquel día parecía Balón de Oro", termina Piqué.
"El mayor robo...lo de Juanfran en el Bernabéu"
Piqué habla también con Marcelo sobre árbitros, se pican y demás, pero cuando hablan de tropelías arbitrales, el catalán recuerda lo ocurrido en el Bernabéu con Juanfran. "Le hacen dos penaltis claros y le expulsan por simular, es acojonante", afirma.
Así fue el partido
El Sadar volvió a vivir una de esas noches mágicas que quedan grabadas en la memoria rojilla. Bajo un intenso frío y un terreno de juego congelado, Osasuna firmó una gesta al vencer 3-2 al todopoderoso Barcelona de Pep Guardiola, en un partido de coraje, intensidad y fe inquebrantable.
Desde el pitido inicial, los navarros salieron con una energía arrolladora. Apenas se habían disputado cinco minutos cuando Dejan Lekic, tras una asistencia de Raúl García, batió a Pinto y desató la locura en las gradas. Lejos de conformarse, el delantero serbio volvió a golpear en el minuto 22, aprovechando un nuevo despiste defensivo azulgrana para poner el 2-0 en el marcador. El Barça, desconcertado y sin la chispa habitual, se marchó al descanso superado por la intensidad local.
Tras el paso por vestuarios, los visitantes reaccionaron. Alexis Sánchez recortó distancias en el 51 con una buena definición tras combinar con Cuenca. Sin embargo, cuando parecía que el conjunto culé despertaba, Raúl García culminó un contragolpe perfecto para firmar el 3-1 y devolver la esperanza a la grada de Pamplona.
Guardiola movió el banquillo, y Cristian Tello, con una brillante jugada individual, puso el 3-2 en el minuto 73, pero el empuje final del Barça no fue suficiente. Osasuna resistió con orden, sacrificio y una defensa heroica hasta el pitido final.
El triunfo fue celebrado como una hazaña. Lekic se erigió en héroe de la noche, mientras que El Sadar vibró como en sus mejores tiempos. Aquel resultado supuso un duro golpe para las aspiraciones del Barça en la lucha por la Liga, mientras que Osasuna dio un paso firme hacia la permanencia y reforzó su leyenda como uno de los campos más difíciles del campeonato.