Txantxigorris al sol en San Blas

uNA mañana soleada pero fría propició ayer que la tradicional festividad de San Blas llenara la plaza de San Nicolás y las calles cercanas de una multitud de ciudadanos que aprovecharon la tregua de la borrasca para estirar las piernas y encomendarse al supuesto valor curativo de los dulces contra el mal de garganta. "Según avanza la mañana se va vendiendo algo más, y menos mal que ha salido el sol", señalaba María Jesús Calvo, de Tafalla, que regenta un puesto en la plaza de San Nicolás desde hace 33 años.

El sentir general de los vendedores de roscos de San Blas, tortas de txantxigorri, dulces de todas las formas y demás repostería apuntaba hacia una venta paulatina pero quizá menos masiva que otros años, "igual por la crisis", aventuraban algunos.

La propia María Jesús Calvo, acompañada de su marido Santiago del Rincón ("él lleva viniendo al puesto desde que estaba en la tripa de su madre"), confirmaba que "al final, el que pasa por aquí siempre pica algo". En su caso, señaló que las reinas de la mañana estaban siendo las tortas de txantxigorri.

44 puestos llenaron la plaza En otro puesto, Rita Iracheta, también de Tafalla, no era tan generosa a la hora de hablar del buen tiempo. "Está despejado, pero aquí parados no hace ningún calor". En su caso, se vendieron muy bien las tortas pasiegas, por ejemplo.

Como es tradición, centenares de pamploneses entraron a la iglesia de San Nicolás, donde se venera una reliquia de San Blas, para bendecir los dulces comprados durante la mañana. En esta ocasión, fueron 44 los puestos colocados, no sólo en la plaza, sino también a lo largo de la calle San Miguel, prácticamente hasta el paseo de Sarasate.

La nutrida afluencia de ciudadanos provocó durante toda la mañana también colas en algunos de los comercios cercanos a la plaza de San Nicolás, sobre todo en la calle San Miguel, e incluso en la calle San Antón.