pamplona. Centenares de personas se acercaron ayer por la mañana a la plaza Monasterio de Iranzu en San Juan para ser testigos de la primera salida por los barrios programada por la Comparsa de Gigantes de Pamplona, con motivo de la celebración de su 150 aniversario.
Desde primera hora de la mañana las figuras de cartón piedra reposaron en la citada plaza esperando a ser bailadas ante decenas de niños de todas las edades. Poco a poco el lugar se fue llenando de vecinos ilusionados que por primera vez pudieron disfrutar de los seis gigantes sanfermineros en otro lugar distinto al Casco Viejo.
La buena temperatura y el día soleado fueron un aliciente para los vecinos de la zona, quienes no dudaron en acercarse a disfrutar del pasacalles. Los más txikis aprovecharon el momento para utilizar sus pequeñas vergas, mientras intentaron correr detrás de unos kilikis que no perdonaron y que persiguieron a cuantos estuvieron en medio de su camino. Desde niños de 3 años a abuelos de más de 60, todos se llevaron algún que otro coscorrón en la cabeza propinado, en la mayoría de los casos, a traición, aunque eso sí, siempre sin rencores y con el objetivo de pasarlo bien.
En esta ocasión el pasacalles recorrió la calle Martín Azpilicueta, la travesía Martín Azpilicueta, el parque de la Vaguada, la trasera del Hotel Iruña Park, la calle Ermitagaña, la avenida de Navarra, el paseo Premín de Iruña, la calle Irunlarrea y volvió de nuevo por el paseo Premín de Iruña llegando hasta el paseo Mariano Arigita. El recorrido, que comenzó a las 11.00 horas, estuvo marcado por el buen ambiente y los juegos de los más pequeños, que en ningún momento dejaron de seguir a la Comparsa donde quiera que fueron.
Kilikis, cabezudos y zaldikos, así como txistularis y trikitilaris, hicieron las delicias de mayores y pequeños. Incluso aquellos que no sabían que la Comparsa iba a salir por el barrio y se vieron de improviso interceptados, agradecieron la visita de los gigantes. "Es muy bonito poder ver a la Comparsa en otra época distinta a los Sanfermines. Se disfruta mucho más porque somos los de aquí los que participamos de estos pasacalles, se puede ver más cómodamente y también los niños disfrutan más. Además hemos tenido mucha suerte de que hiciera tan buen día", explicó Pepe Rodríguez, quien se encontraba acompañado de sus nietos de 5 y 6 años.
Muchos fueron los niños valientes que salieron al encuentro de kilikis y zaldikos con intención de tomar revancha por haberles pegado. Pero también otros tantos lloraron al ver que la figura los perseguía sin parar. "Tranquila, que no pasa nada. Son buenos, no hacen nada", le decía un padre a su llorosa hija a la que sostenía en brazos. En ese momento el kiliki se le acercó pacíficamente, le dio la mano primero y un beso después, y al instante la txiki dejó de llorar. "Es lo que tiene la Comparsa, una magia especial que hace que cualquiera se sienta bien y disfrute al menos durante un rato", contó Rodríguez al ver la escena.
pasacalles
Homenaje al corredor Fermín Echeverría
Muchos fueron también los que aprovecharon las circunstancias para ver a la Comparsa desde el balcón de casa, pero tampoco faltaron quienes cámara en ristre aprovecharon el pasacalles para hacer fotografías del evento. Algunos, con la única intención de retratar a sus hijos junto a gigantes, cabezudos y kilikis buscaron la oportunidad para posar junto a las figuras de cartón piedra. Otros, sin embargo, disfrutaron fotografiando "un hecho histórico que hasta ahora nunca había ocurrido y que será difícil que vuelva a pasar" como es que bailen por el barrio. Y tampoco faltaron quienes optaron por utilizar móviles e incluso cámaras de video para dejar constancia de la salida de la Comparsa por las calles de San Juan, Ermitagaña y Mendebaldea.
Pero si algo destacó en el pasacalles de ayer fue el homenaje que la Comparsa llevó a cabo en la calle Martín Azpilicueta frente al bar Echeve, en honor a Fermín Echeverría, corredor habitual de los encierros de Sanfermín que falleció en 2003 tras ser golpeado en el transcurso del encierro Cebada Gago en Mercaderes. "Ya que el hecho de visitar los barrios es algo que no solemos hacer normalmente, hemos querido aprovechar la circunstancia para hacer algo especial. En este caso el baile frente al bar Echeve ha sido realizado en recuerdo de Fermín, un gran hombre al que siempre se echará de menos", apuntó Mari Ganuza, responsable de la Comparsa. "Para nosotros hacer esto tiene un significado muy especial. De esta manera podemos agradecer y dar a la gente lo que durante tantos años ellos nos han dado a nosotros", recalcó.
Lo cierto es que el pasacalles fue el mejor de los entretenimientos para mayores y pequeños, que aprovecharon el buen tiempo para disfrutar y compartir con los demás vecinos del barrio una experiencia sin igual. Los txikis tuvieron la oportunidad de jugar, correr y reir mientras las figuras de cartón piedra se acercaron a ellos para acariciarles, pegarles, y perseguirles haciéndoles disfrutar como nunca. "Lo que más me gusta es ver bailar a los gigantes, mi preferida es la reina europea. Y también me gusta que puedo jugar y correr delante de los kilikis", reconoció Sara Pérez, de 6 años, quien asistió al evento acompañada de sus amigas y su familia.
La Comparsa seguirá recorriendo los distintos barrios de Pamplona los próximos fines de semana. El domingo que viene le tocará el turno a Etxabacoitz y recorrerá la calle Remiro Goñi, pasará junto al Centro San José, seguirá por la calle Teodoro Ochoa de Alda y finalizará en Nicanor Beistegui.