EN 1967, el barrio de Iturrama en general, y la actual avenida de Sancho el Fuerte en particular, era una amplia zona ocupada por chalets y villas extramurales, que definían un tipo de vivienda casi siempre unifamiliar, complementado con huertas, gallineros e incluso alguna pieza de cereal. Con la expansión de la ciudad por este sector, acaecida a partir de finales de los 60, todas estas casitas fueron desapareciendo. En un primer momento se habló de conservar alguno de los edificios, como testimonio de lo que el barrio había sido hasta los años 70, pero al final las excavadoras municipales obraron, como acostumbran, de manera implacable. Uno de los edificios que se quisieron conservar fue la tasca conocida como Casa Emeterio, que los chavales del barrio llamábamos de manera cariñosa Hemeterio"s Pub, y que era célebre por sus campeonatos de lanzamiento de fichas a la rana.
En la fotografía, obtenida desde el cruce de Sancho el Fuerte con la avenida de Barañáin, vemos que la calle transcurre hoy sobre la caja del antiguo tren Plazaola. Aunque para 1967 ya se habían retirado las vías, se aprecia todavía el trazado del ferrocarril, así como los tendidos eléctricos que corrían paralelos a él. Al fondo de la imagen, como un adelanto del futuro devenir de esta calle, se ve la silueta de las llamadas Casas de Barcos (1), que fueron de las primeras que se edificaron en esta zona.
HOY EN DÍA, la de Sancho el Fuerte es una de las grandes avenidas de la Pamplona moderna, y es preciso realizar un auténtico acto de fe para creer en la exacta correspondencia de ambas fotografías. La imagen moderna, como la antigua, se ha obtenido en el punto de intersección de la avenida de Barañáin y Sancho el Fuerte, y a pesar del espléndido arbolado que adorna hoy en día la calle, podemos encontrar un definitivo elemento de comparación, las ya citadas Casas de Barcos (2), que ocupan exactamente el mismo lugar que en la foto antigua, aunque semiocultas hoy por otros bloques de viviendas.
En otro orden de cosas, creemos que no habría estado de más haber bautizado como avenida del Plazaola a esta importante vía, pues a este castizo ferrocarril debe su trazado y su existencia misma. Al buen rey Sancho VII se le podría haber dedicado, por poner un ejemplo, la actual plaza del Conde de Rodezno, rebautizada al efecto como plaza de Sancho el Fuerte. En cuanto a la figura de Tomás Domínguez Arévalo (Madrid 1883-1952), conde de Rodezno, conspirador golpista, falangista y ministro de Justicia de Franco en sus primeros y sangrientos años, lo podríamos haber confinado al devocionario personal de la alcaldesa doña Yolanda Barcina, que con infantiles triquiñuelas y ardides legales se ha esforzado en mantener el nombre de esta plaza, perpetuando así la memoria de esta lamentable rémora franquista.