Prendas al peso, nuevo concepto de tienda de ropa
Fernando Iglesias regenta desde hace un mes kiloropa, donde vende todo tipo de marcas a 25 euros el kilo
UN nuevo concepto de tienda de ropa ha llegado a Pamplona. Como si de una carnicería se tratara, el establecimiento que regenta desde hace un mes Fernando Iglesias vende prendas al kilo. La idea llevaba rondando por su cabeza desde hace más de un año, pero fueron las conferencias y cursos del Cein (Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra) y la asociación de emprendedores los que hicieron que finalmente se lanzara a la piscina. "Tenía muy claras las ideas clave, pero el pequeño empujón vino de ellos, el último paso a la meta después de una maratón", explica Iglesias. Este pamplonés, de 43 años, define su nuevo comercio como "una nueva forma de comprar, más divertida, en la que la gente puede jugar con las prendas y pesarlas".
Este concepto de compra ya existe en países como Grecia, Inglaterra o Japón, e Iglesias la conoció durante el tiempo que estuvo en Alemania, hace ahora diez años. "Es una cultura muy extendida en otros países, aunque tengan un nivel adquisitivo más alto. Yo no he descubierto nada, lo único que he hecho es traer una idea que ya existe fuera", afirma. Las prendas que vende pueden ser de segunda mano o nuevas y todas pasan un control sanitario y de calidad de marcas. "Mucha es ropa que las multinacionales desechan porque ha estado en un escaparate o porque consideran que ha pasado de moda", cuenta el pamplonés. La mayor dificultad para los clientes es el tallaje, ya que son prendas únicas. Todas cuestan 25 euros el kilo, excepto la ropa de cuero o piel, cuyo precio es de 30 euros. "Lo principal es probarse para ver si lo que te gusta te queda bien, porque el precio nunca te va a echar para atrás sino al revés, te va a animar más".
Antes de crear este negocio, Iglesias trabajaba en una multinacional. "Estaba pensando qué quería hacer con mi vida. Quería emprender y pensaba en algo bueno que dejar en el mundo. En la multinacional era un número más y con este negocio apoyo el comercio local, creo un puesto de trabajo y ofrezco a la gente ropa de calidades dignas a bajo precio. Lo principal es que ir bien vestido no sea cuestión de gastarse un dineral", expone. Aunque es consciente de la dificultad que para él supone pasar "de la estabilidad económica al ser trabajador por cuenta ajena" a ser autónomo, confía mucho en este nuevo modelo de negocio. En su opinión, su planteamiento está muy relacionado con la cultura del reciclaje: "Reciclar es el futuro y también con esta idea me metí en este proyecto: concienciar a la gente en la cultura del reciclaje a través del bolsillo, que en estos tiempos es algo que muchas personas miran".
El local se encuentra en la calle Teobaldos número 2 y abre de lunes a sábado, de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas. El comercio pamplonés es una franquicia estatal que cuenta con página web (www.kiloropa.com) y en ella se pueden encontrar blusas desde 2 euros, camisas desde 3 euros, cazadoras desde 8 euros y vestidos desde 4 euros. También vende complementos a diferentes precios. Después de su mes de andadura, Iglesias hace un balance positivo. "La gente no me conoce todavía, llevo muy poco tiempo y no puedo valorar la venta, pero por lo general muchos clientes repiten", señala. Su público, según apunta, es "cualquier persona de 16 a 65 años, con recursos, sin recursos, eso no importa". En el futuro, quiere poder añadir a las prendas que ofrece ropa de bebé y su intención es reducir el tiempo de rotación de los productos, ya que en la actualidad los cambia cada 15 días.
Esta iniciativa nace también con el objetivo de fomentar los negocios locales y animar el comercio del Ensanche, una zona que, tal y como recuerda, "antes tenía mucha vida y los comerciantes conocían a los clientes", mientras ahora "muchas personas prefieren irse a los centros comerciales". Iglesias nunca antes había tenido un trabajo que estuviera relacionado con lo textil, pero no le pareció un impedimento a la hora de decidir dedicarse a ello. "Tenía interés, motivación y sentido de la observación. El que quiere emprender y vale para ello tiene que hacerlo. Hay que actuar, no puedes quedarte parado, aunque al principio tienes que tener claro cuánto dinero estás dispuesto a perder", resume.