Casi 300 comercios bajaron la persiana el año pasado en Pamplona, más de 1.800 desde 2007. Muchos de estos locales y bajeras podrían encontrar una segunda oportunidad en los cambios que se plantean en la normativa urbanística de la ciudad, y que permitirían la ubicación de oficinas tipo loft (anunciado en noviembre) y la creación de viviendas en edificios residenciales comunitarios. Desde las inmobiliarias, valoran esta propuesta como una manera de "reactivar" el mercado y "dar salida" a los locales y bajeras vacíos de los barrios. Por otro lado, el presidente de administradores de fincas de Navarra, Peio Mendía, se muestra más cauto, ya que son necesarias importantes modificaciones para lograr que estos locales cumplan los requisitos que recoge la cédula de habitabilidad.

Luis Ángel Sáez, gerente de la inmobiliaria Artica, de la Rochapea, explicó que el interés por esta nueva modalidad de vivienda se lleva notando desde hace tiempo. "Ha habido gente que ha preguntado por la posibilidad de comprar un bajo para hacerlo vivienda", apuntó. En su opinión, en determinadas zonas de la ciudad hay muchos locales "sin interés comercial", que volverían a cobrar importancia con esta ordenanza, pero no cree que esto pueda provocar una caída en los precios de las viviendas: "Ya han caído mucho, no creo que les afecte especialmente". "Todo lo que sea para reactivar el mercado, lo vemos perfecto", añadió. De la misma opinión es César Sádaba, gerente de la inmobiliaria Fuente del Hierro, de Iturrama, quien aseguró que "podría haber una reactivación del sector". "A mayor demanda, el precio de los locales y bajeras subiría. Ahora una bajera no vale nada porque no hay nadie que quiera comprarla", indicó. En cualquier caso, afirmó que todavía es pronto para hacer valoraciones, pero expuso que "hay que ver funcionalmente lo que exige la ley, porque habrá que adecuar la planta baja de locales o bajeras conforme a las cédulas de habitabilidad". "Un baño es sencillo, pero una salida de humos no lo es tanto, y es necesaria", apuntó.

En esta misma línea se expresó el presidente de fincas de Navarra, Peio Mendía, quien cree que, en función de la Ley de Propiedad Horizontal, los propietarios que quieran hacer obras en su bajera para crear una vivienda deberán pedir permiso a la comunidad de vecinos. "Hay que tener en cuenta que para tener una vivienda hay que hacer una salida de humos, romper forjados o fachada, sacar las canalizaciones de agua y fecales, y todo ello exige tocar elementos comunes y, por lo tanto, pedir permiso a la comunidad salvo que los estatutos digan otra cosa", señaló. "En cambio, en Mendillorri se transformaron unas oficinas en viviendas pero tenían salida de humos y no fue necesario pedir permiso", abundó. Mendía recordó además que los acuerdos de comunidad exigen unanimidad salvo la eliminación de barreras arquitectónicas.

Por otro lado, difiere de la opinión de los agentes inmobiliarios, y a su parecer esta modificación no va a influir demasiado en la reactivación del mercado. "Las inversiones necesarias son fuertes teniendo en cuenta los bajos precios del mercado de muchas viviendas de segunda mano. Otra cosa es que haya locales determinados con dos plantas más luz y espacios muy diáfanos que estén muy bien montados y sean atractivos", relató.

Es el caso de la bajera de 150 m2 que Ricardo Vergara y Silvi Hernández tienen en la calle Vidángoz, en el barrio de la Rochapea (100 metros de bajo, 50 de sobrepiso). Ya jubilados, trabajaron en este local (Tejido y Confecciones Vergara) durante más de 28 años, y desde hace dos se encuentra cerrado y a la espera de un alquiler. Convertir este espacio en una vivienda es una opción que se plantean, debido a la caída del pequeño comercio. "Queríamos alquilarlo para tenerlo siempre, pero los negocios están mal y si llega esta opción estaría muy bien", comentaron. En la actualidad, este espacio no cuenta con una cocina (mínimo de 5 m2) ni tiene una salida de humos pero no lo ven un problema porque cuenta con un patio interior. "No quieres dejar por si la alquilas pero vas pagando seguro, agua, luz... Igual ahora con estos cambios viene la oportunidad", piensan. Por el momento, tendrán que esperar, ya que la normativa podría tardar como mínimo dos meses en ver la luz.