En 1880, los círculos bienquistos de la sociedad pamplonesa se habían visto sacudidos con una noticia de corte revolucionario, puesto que el rey Alfonso XII había firmado, el 13 de enero, el decreto de abolición de la esclavitud en Cuba. Nada menos. La imagen muestra la fachada que la iglesia de San Nicolás tenía hacia el actual paseo de Sarasate, aunque es preciso decir que por aquel entonces dicho lugar, que formaba parte de la Taconera, era conocido como paseo de Valencia, en honor a un notario llamado Prudencio Valencia. Podemos ver, a la izquierda, una casa de dos alturas, precedente de la llamada casa Navasal, que hemos reproducido en alguna ocasión y que fue a su vez derribada en 1969 para dar lugar al actual bloque de viviendas. Se aprecia igualmente la embocadura de la calle San Miguel, así como la propia iglesia, antes de su reforma. Vemos en primer plano un carro aparcado, pieza de museo, y detrás un grupo de curiosos que posan ante la cámara.
Hoy en día debemos constatar, en primer lugar, que aunque nuestro viejo boulevard de Sarasate fue dedicado al genial músico en 1903, no faltan aún los pamploneses, sobre todo los de edad, que se aferran al nombre que tenía en el siglo XIX, paseo de Valencia. Y esto, en sí mismo, constituye ya toda una curiosidad. Tan solo dos años después que se obtuviera la fotografía antigua, el arquitecto Ángel Goicoechea acometió la reforma de la iglesia por su parte exterior, reedificando la casa parroquial, construyendo su hermoso atrio porticado, y abriendo la actual fachada hacia el paseo, con su monumental puerta de estética neogótica. Aún habría que esperar otros 44 años más hasta que en 1924 José Martínez de Ubago reconstruyera la vieja torre medieval, que había sido desmochada en los años de la conquista de Navarra, incorporando el remate almenado y los matacanes que pueden hoy verse desde la placita de San Nicolás.