Llevan tiempo organizados, reuniéndose y planteando iniciativas para reactivar el sentimiento comunitario del barrio de San Juan-Donibane. Trabajan con lo que pueden, que no es mucho, buscando la mejor manera de servir a la comunidad en la que residen, acercándose a las necesidades e inquietudes de sus vecinos, tratando de recuperar las energías internas que antes tuvo.

San Juan Xar nació como asociación hace unos seis años. Cuentan con 131 socios y entre sus iniciativas más recientes se encuentra una campaña a favor del comercio de barrio, en la que han trabajado en común con dos asociaciones de comerciantes de; y la organización de la VII semana del pincho que se celebrará entre el 30 de mayo y el 5 de junio.

En estas estaban -con los preparativos de las fiestas del barrio a la vuelta de la esquina- cuando dos agresiones sexuales ocurridas en la zona en un muy corto intervalo de tiempo les ha llevado a tener que plantear una respuesta contundente desde dentro del barrio.

Junto a varios colectivos, San Juan Xar convocó la marcha que ayer recorrió las calles del barrio para denunciar los ataques contra las mujeres. “No puede ser que por el simple hecho de ser mujer tengamos que mirar a todos los lados para que nos ocurra nada” se recoge en la convocatoria firmada, entre otros, por peña Donibane, peña Anaitasuna, ADSJ San Juan, SCDR Anaitasuna, Maratxa (agrupación juvenil), Donibaneko emakumeak y las asociaciones de comerciantes de Martín Azpilcueta y de San Juan-Ermitagaña-Mendebaledea.

Que dos de las tres agresiones ocurridas en Pamplona en el último mes se hayan localizado allí no supone, según indicaron, que exista una sensación de alarma en el barrio, pero sí les ha servido para asumir lo imprescindible que resulta cambiar la dinámica actual, sobre todo en lo relativo a la problemática que generan algunos locales de ocio nocturno.

Este miércoles se celebró una reunión en los locales de la asociación en la plaza Monasterio de Iranzu en el transcurso de la cual se pusieron de manifiesto las molestias e inseguridad que se generan en calles concretas, sobre todo en algunas plazas interiores cercanas a Monasterio de Irache, Monasterio de la Oliva o avenida Bayona, donde se concentran varios locales nocturnos.

“Va por modas. Hay temporadas que están unos bares en auge, luego los cierran y la gente se marcha a otros. Las molestias van por zona, pero el problema mayor viene por los ruidos, sobre todo en fin de semana, las peleas y desperfectos al mobiiliario urbano”, señaló Ibai Urrastabaso.

refugio nocturno El problema no es nuevo. Según Koldo Osinaga, portavoz del colectivo, tiene su origen en el cambio de normativa para los bares del Casco Viejo, que al verse obligados a adelantar la hora de cierre provocó que buena parte de su clientela buscara otros locales abiertos en la zona de San Juan. “La oferta del barrio es muy importante. Hay cinco discotecas por aquí. He residido en varias zonas del barrio y veo lo que sucede cuando sale la gente de los locales de la avenida de Bayona con las primeras luces día. No es muy recomendable”, dijo Sara Chivite.

Aunque la mayoría de las quejas vecinales proceden de los establecimientos de música latina, Jone Galarza tiene claro que no se trata de cuestiones étnicas, cree que más bien se trata de un asunto cultural. “Son formas diferentes de entender el ocio. A lo mejor la solución pasaría por un mayor acercamiento y un progresivo cambio sobre los hábitos nocturnos de algunas comunidades”.

En la misma línea, Ibai Sueskun apunta hacia iniciativas similares a las que ya se están llevando a la práctica en el Casco Viejo, donde vecinos y hosteleros tratan de buscar soluciones a las situaciones que puedan plantearse. “Allí lo están haciendo por calles, con el compromiso de los propios hosteleros. Sería muy interesante poder hacerlo aquí, pero nuestros recursos son bastantes limitados”.

La problemática no es exclusiva de este barrio. En similares términos se han expresado algunos vecinos y asociaciones del Casco Viejo, donde las quejas por el ruido han obligado a consensuar un nueva ordenanza municipal que está en trámite, aunque en el caso de San Juan la casuística es muy diferente, tanto en magnitud como en su naturaleza.

“Antes había más problemas con los botellones, sobre todo en la zona de Yamaguchi y plaza Azuelo, pero va a menos. Ahora el mayor inconveniente procede de algunos bares, aunque es una realidad que en algunas plazas los jóvenes se sientan a beber y puede que se genere ruido en el vecindario”, señaló Karmelo Zabalza.

Al terminar, continuaba con los últimos detalles de la manifestación de ayer. Un éxito y que esperan que sirva para hacer barrio. Como antes.

Hacer barrio cada día

Colectivo. Pese a contar con una tradición importante en el asociacionismo y varias entidades -como las agrupaciones deportivas de Anaitasuna y San Juan, y dos peñas sanfermineras- que han aportado durante años iniciativas y equipo humano, el barrio ha ido perdiendo energía por dentro, como lo reconocen los integrantes del colectivo San Juan Xar. De ahí que uno de sus objetivos prioritarios sea convertirse en un referente vecinal, para lo que necesitan más apoyos y la colaboración ciudadana.