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Recuperando la melodía del pasado

Toni Kowasch es un luthier artesano alemán que reconstruye instrumentos medievales con madera, entre ellos los presentes en el Pórtico de la Gloria

Recuperando la melodía del pasadoIÑAKI PORTO

pamplona - “Me gustan los instrumentos raros”, confiesa Toni Kowasch, profesor de alemán en la academia Linden de Pamplona. Y así es, este alemán de 62 años dedica sus horas libres a la realización de instrumentos medievales, que a buen seguro para muchos son totalmente desconocidos.

Su hobby comenzó hace 30 años en un taller al lado de la fuente de Navarrería, donde Fernández, en aquel entonces su maestro, le enseñó la talla y el torno. Durante ocho años se dedicó a ello, hasta que su maestro se jubiló. Una rutina donde “todo era lo mismo y redondo” le cansó, y Patxi Atozki, gran luthier de Pamplona, le introdujo en este mundo tan solo pidiéndole que tallara una cabeza para la viola da gamba que iba a realizar. Pero la cosa no quedó así, acabaron realizándola entre los dos. “Ahí me enamoró la luthería”, declara Toni.

En su reconstrucción actual, el arpa guitarra, lleva alrededor de tres meses trabajando. Destaca que solo se dedica a la luthería en su “tiempo libre”, mientras se va “a tomar algo” con amigos del barrio. También realiza piezas únicas de madera que se asemejan a cubiertos. Destacan por el trabajo de talla llevado a cabo; “si me canso de los instrumentos, hago dibujos y los plasmo en estas pequeñas piezas”.

Parte del material para realizar sus instrumentos los localiza en Internet. Las tapas para los instrumentos, señala Toni, “son el abeto”. El fondo, en cambio, es muy difícil de encontrar. El del instrumento que está construyendo ahora lo ha conseguido en Alaska. “Solo la tapa me ha costado 160 euros, y he recibido una carta de la aduana que quizá tenga que pagar otra vez”, cuenta Kowasch destacando la dificultad de conseguir la madera adecuada.

‘el museo’ Las obras que ha ido realizando las guarda en una sala de su casa. Un total de 20 instrumentos medievales ocupan las estanterías de las paredes. Además, colecciona figuras de ajedrez de diferentes lugares, las cuales ocupan también un rincón del reflejo de su arte.

Su propósito es hacer la réplica de los instrumentos del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela: “De los que he hecho, el más espectacular es el organistrum, en el centro del pórtico, después, el laud, la fídula en ocho, la fídula oval, el arpa, y me faltan solamente el salterio y el salterio arpa”. De todos ellos, el más antiguo es el organistrum, que data del siglo IX. En este caso, la vibración es el roce de la cuerda con la rueda, aportando un tono muy profundo. Se utilizaba para acompañar el canto gregoriano. La evolución del organistrum es la sinfonía (siglo XIII-XIV), tocada por dos personas. Con ella había más formas de expresión y canciones más alegres. Por último, la evolución de la sinfonía es la zanfona, en forma de guitarra.

Todos los instrumentos están hechos siguiendo los dibujos técnicos: “Sigo la investigación que comenzaron hace 15-20 años sobre la réplica de los instrumentos”. Añade que está “realmente enfadado” con la fundación que ha participado en la investigación de dichos instrumentos. “Han conseguido construirlos, pero después no sueltan ninguna información, lo mantienen en secreto”, confiesa Toni decepcionado. En vez de compartir lo investigado y poder mejorar entre todos, se reservan la información para ellos, sin ayudar al resto de luthiers.

Kowasch echa en falta un centro de artesanos en Pamplona. Se imagina uno en la Plaza de Toros: “Siempre he pensado en ello, pero cuesta que se lleve a cabo”. También comenta que “puede ser una salida para ganar algo de dinero, porque aunque sea un hobby, cuesta mucho esfuerzo”.

Cuando este artista ya no esté, sus 20 obras y todas las que vengan serán para su hija, “y luego que haga lo que quiera”, bromea.