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Kilos de hojas se calcula que se recogen a diario en Pamplona durante los meses de otoño. Se priorizan aceras y vías públicas, frente a los parques.

Es el momento más especial del año, por las imágenes que regala a la vista. Comienza a llover y hace frío, es cierto, pero parece que en otoño se perdona todo, porque los colores de la ciudad cambian tan espectacularmente que a cualquiera le da por mirar y soñar, por dar patadas y levantar las hojas que se acumulan en los parques, por sentirse un poco más cerca de la naturaleza..., aquella en la que tristemente no se repara el resto del año.

La cara más bucólica del otoño tiene, en cambio, otra realidad detrás. La recogida de la hoja es una de las tareas prioritarias de los servicios municipales entre los meses de octubre y diciembre. Y en noviembre, ahora, se encuentra en su punto álgido, no en vano se calcula que en este mes se recoge en torno al 60% de la temporada, de ahí la importancia de las brigadas de recogida, tanto a través de los servicios de jardines, como los de limpieza. “Se estima que durante la temporada de la hoja participan activamente en este servicio unos 85 operarios, incluidos encargados), durante algunas jornadas todos ellos y en otras, en un porcentaje, en función de las necesidades”, informan desde el área de Conservación Urbana.

En los parques la naturaleza puede seguir su curso con más tranquilidad -de hecho, “hay que dejar al otoño que siga su ritmo”, opina Mikel Baztan, director del servicio de Jardines, Parques y Zonas Verdes del Ayuntamiento-, pero en la vía pública la hoja se retira con la celeridad que permite el servicio y sus efectivos. “Esto conlleva una importante reorganización en el servicio habitual de limpieza” durante los tres meses, y además, “está condicionada por tres aspectos meteorológicos. Incide la pluviometría “porque si el otoño es pluvioso se retrasa algo la caída de la hoja”, así como los episodios de viento, porque inevitablemente provocan una fuerte caída, pero incide especialmente en las heladas. Si estas ocurren por la noche, adelantan la caída, que puede ser fulminante.

¿Cómo se lleva a cabo el servicio de recogida de hoja? Durante estos tres meses, los inspectores municipales del servicio “revisan diariamente las zonas de la ciudad más problemáticas” (Iturrama, Ermitagaña, Ensanche, Labrit, etc) y así realizan “un estimación del servicio para ese día y los siguientes”. El tipo de árbol es también un factor importante, ya que su caída de hoja es diversa, según la especie de que se trate. Eneko Pascual, jardinero municipal en el parque de la Taconera desde hace 5 años, señala que, por ejemplo, los plataneros, y en Pamplona destacan por su número (lo son los de la plaza del Castillo) son los más tempraneros, y “desde finales del verano van echando hoja”, aunque lo hacen a escalas y durante mucho más tiempo. Pero como son “de hoja grande”, como añade Mikel Baztan, se genera mucho volumen. Los chopos, los tilos y los castaños pierden la hoja muy rápidamente. “Las moreras de la Vaguada, en cambio, tienen su ciclo particular”, indican desde Conservación Urbana, y añaden que “por ejemplo, hace unos años apareció el paseo cubierto de hojas de un día para otro, por lo que tuvimos que recogerlas con ayuda de una pala conectada a la máquina barredora, ya que estas no podían absorber tanto volumen”.

Las máquinas facilitan la tarea. En el turno de mañana, “las baldeadoras de aceras y los servicios de baldeo de calzadas se sustituyen por las barredoras disponibles”. En el barrido motorizado (tanto los llamados baúles como el Porter) “se utilizan sopladoras para ayudar en el barrido de las hojas, mientras que los operarios van recogiendo la acumulación de ellas junto a los bordillos”, indican los responsables del área. Por distintas zonas de la ciudad se ubican contenedores de metal como punto de descarga.

un compactador, desde 2015 Desde 2015, además, se incorporó al servicio un compactador en la calle Trinitarios. “Este se ha convertido en un punto de descarga del residuo”, lo que evitó los continuos viajes de camiones con cajas y contenedores de hojas a Góngora. Un ejemplo de lo que supone el incremento de trabajo. Si las barredoras de aceras hacen una descarga diaria, en temporada de fuerte caída de hoja hacen 7 u 8.

En el turno de tarde, las brigadas de recogida utilizan más el las barredoras de aceras (6 ó 7) y se completan con la labor realizada con las sopladoras, mientras que por la noche “los camiones cisterna realizan baldeos para arrastrar la hoja acumulada en la calzada”, y las barredoras de calzadas “realizan la limpieza de las avenidas y calles con bordillo, que durante la mañana no se pueden atender por el tráfico”.

SE LLEVA A GÓNGORA Lo que pasa con la hoja después es otro cantar. Los servicios de Conservación Urbana precisan que toda esta actividad “genera una importante cantidad de residuos”, que debido a su mezcla en la composición no pueden tratarse de manera particular, por lo que es transportada al Centro de Tratamiento de Góngora. “Es decir, su destino no puede ser la generación de compost en la planta de Arazuri, ya que la hoja es recogida por las máquinas barredoras, junto con restos de bolsas, papeles, colillas, etc”. Los datos hablan por sí solos y dan idea del volumen de trabajo que se genera en esta época del año. 17 máquinas barredoras y 85 trabajadores, a tres turnos. Porque se calcula que en cada jornada se vienen a recoger en torno a 6.000 kilos de media, o lo que es lo mismo, 300 metros cúbicos de hojas secas.

El otoño está en pleno apogeo, pero aún se calcula que su incidencia en la ciudad durará por lo menos hasta el 15 de diciembre.