pamplona - Bolsabooks, una tienda de libros académicos de segunda mano, comenzó con una historia de amor universitario. “Mi idea era quedarme solo un año en Pamplona, de intercambio, pero conocí a mi novia y acabé quedándome dos años más, porque cada vez que me iba a ir ella me decía: quédate un poco más”, explica Johan Gustafsson, un estudiante sueco de Económicas que llegó a la Universidad de Navarra para hacer un intercambio. Pero, en vista de que no iba a volver a su Suecia natal y “no podía quedarme aquí sin hacer nada”, decidió organizar un mercadillo de libros de texto de segunda mano en la Universidad de Navarra. Poco a poco florecía una idea que había germinado en la mente de Johan la primera vez que cruzó las puertas de la Universidad de Navarra. “Cuando yo llegué aquí, lo primero que pregunté fue donde estaba la tienda de libros de texto de segunda mano. Un lugar en el que estaba seguro de que iba a poder encontrar los típicos libros de 80 o 100 euros algo más baratos”, confiesa Gustafsson, que se quedó muy sorprendido al descubrir que “no existía nada así”.

En 2012 nació Bolsabooks y comenzó un largo camino por “convencer a la gente de que, cuanto mejor conservado estuviese el libro, más dinero podían ganar”. “La gente fuera no lo veía, pensaban que era un sistema que no iba a funcionar. De hecho, lo primero que preguntaban los estudiantes era: ¿Me vas a pagar? Y yo les decía: Sí claro, por eso te doy este ticket para que cuando se vendan tus libros puedas traerlo y recoger tu dinero”, recuerda Johan, que estuvo así “todo el primer año”.

Además, el fundador de Bolsabooks también tuvo que lidiar con el estigma de que los libros de segunda mano no son “tan buenos” como los nuevos. “Un día de junio vino una señora muy elegante a por no se qué, así que yo aproveché para explicarle la filosofía de Bolsabooks y ella me contestó que no compraba libros de segunda mano porque no era de tan buena calidad. Así que yo le propuse jugar a un juego; yo sacaba varios libros y ella me tenía que decir cuales eran nuevos y cuales no. Ella me fue diciendo y, al terminar, yo le dije: Señora, son todos de segunda mano, ninguno es nuevo. No se lo podía creer”, confiesa el fundador de esta tienda ubicada en el número 28 de la calle Esquíroz.

Sin embargo, y pese a los comienzos difíciles, los números y el boca a boca están jugando a su favor. “Por un libro se puede sacar un promedio de 20 o 25 euros, de forma que, tirar los libros del año anterior es lo mismo que echar a la basura 240 euros”, apunta Gustafsson, en cuyo país de origen, Suecia, esta idea está instaurada desde hace años.

Además, su filosofía, basada en el reciclaje y en el ahorro, cada vez cuenta con más adeptos. “Nuestro objetivo no es que la gente encuentre una ganga, sino que ahorre. A una persona que ha pagado 50 euros por un libro, no se le puede dar 10”, apunta el de Bolsabooks, que trabaja con libros de la ESO, Bachiller, Universidad de Navarra y Universidad Pública, UNED y con los de FP.

funcionamiento Bolsabooks se rige mediante un sistema de categorías según el estado del libro en cuestión. De forma que cuanto menos estropeado, más vale. “Nuestro sistema tiene 5 categorías. La quinta es para los libros impecables, por los que el vendedor obtiene un 65% de lo que paguen por cada ejemplar. La cuarta, en el caso de los que están subrayados o tienen anotaciones a lápiz, en cuyo caso los propietarios se llevan un 60%; con la tercera, marcada con subrayadores, se obtiene un 55% de beneficio; la segunda, con anotaciones y subrayados a boli, supone un 45% del precio final y por la primera, muy gastados y completamente subrayados, que se llevan un 40%”, explica el fundador de Bolsabooks, acerca de un sistema que evita sorpresas desagradables y permite que tanto el vendedor como el comprador queden satisfechos. Incluso hay quien solo ve ventajas en la adquisición de un libro de primera, segunda o tercera categoría. “Hay gente que los prefiere porque, dicen que, además de salir más barato, también se ahorran trabajo al estudiar porque ya está destacado lo más importante, señala.

Además, los vendedores pueden realizar un seguimiento de los libros que tengan en venta durante todo el proceso. Ya que, cada usuario de Bolsabooks cuenta con una ficha online a través de la cual puede ver, por ejemplo, los libros que ha vendido ya, los que están reservados o cuales son aquellos por los que no se ha interesado nadie. Y es que, como explica Gustafsson, “hasta que se venden, los libros son siempre de quien los ha traído”.

En caso de que no haya interesados en esos libros, porque ya no se utilizan o porque las ediciones que se demandan son más recientes, Johan y su equipo tienen una propuesta. “Bolsabooks es una tienda viva y solo trabajamos con libros vigentes. Así que, con el stock y los libros que no vamos a vender, proponemos a los dueños que los cedan para donarlos”, explica Gustafsson. Y es que, “aquí 20 libros de la misma edición y descatalogados no sirven”, pero en un colegio de Sudamérica o África pueden servir perfectamente. “El conocimiento es el mismo, pero aquí no se utilizan porque piden nuevas ediciones”, apunta el de Bolsabooks, que el pasado agosto donó 70 libros de inglés a niños y niñas de Kenia por medio de la ONG Kibera Pride.