burlada - “Nuestra misión es conseguir trabajo para que las personas estén ocupadas y aunque la principal rentabilidad es social, el centro también tiene que ser sostenible”, admite Belén Mateo, gerente del centro ocupacional que Cáritas tiene abierto en Burlada junto a la residencia Santa María de la misma entidad benéfica dependiente de la Iglesia. ¿Quienes ocupan este centro ocupacional? “Gente totalmente válida, empleable, súper responsable y con muchísimas ganas de trabajar”, confiesa Paola Cerón, trabajadora social del taller. Trabajos de montaje de piezas industriales, soldadura por ultrasonido o manipulación de productos alimenticios... Nuestra manos, un impulso para tu empresa es el guiño que realizan desde Cáritas a otras empresas (ya cuentan con 23 firmas colaboradoras) que quieran apoyarse en sus talleres, subcontratando trabajos: más de 2.000 m2 de instalaciones y un equipo más que motivado y de “gran capacitación profesional”.
Desde que refundaron Las Flores, Nazaret y Betania, con más de 25 años de trayectoria, el nuevo centro San Francisco de Cáritas no ha parado de crecer. Ahora trabajan 80 personas y en breve serán 85, pero tienen capacidad para 120. Cáritas acaba de lanzar una campaña dirigida al sector empresarial con el fin de dar a conocer este recurso que facilita la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social. Su reto: conseguir que no se perpetúen en esta situación que es el paso a la marginalidad. El centro de capacitación profesional pretende ser una etapa de “tránsito” que a través de la ocupación ayude a las personas en su desarrollo personal y social, adquiriendo habilidades tanto personales como socio-laborales. “Empresas con corazón, marcas con conciencia” da nombre a esta nueva iniciativa en la que Cáritas Diocesana de Pamplona-Tudela pone en valor a todas aquellas empresas que “se dan cuenta de su responsabilidad frente a la sociedad y quieren ayudar a construir un mundo en el que todas las personas tengan igualdad de oportunidades”. Los usuarios-trabajadores reciben una prima de asistencia voluntaria cuya cuantía depende de las horas. Cáritas no excluye a nadie. Sólo hay un requisito y es llevar un año empadronado en Navarra.
“Trabajan muy bien. Ponen mucho interés, cumplen el horario y las normas, se adaptan a diferentes trabajos de una forma constante y con muy buena disposición”, subraya. “Cuando la gente lo ve funcionando se sorprende porque es un recurso tremendamente atractivo por ser muy completo. El trabajo que realizan es de mucha utilidad y los usuarios ven su compensación, lo que favorece su autonomía y su autoestima”, reitera. El objetivo es incrementar el número de personas y aumentar la producción porque “tenemos capacidad física y para ello necesitamos tener más trabajo. Ofrecemos servicio, calidad y precio (tfno 948 24 74 04)”.
Las personas son derivadas del programa de acogida y acompañamiento de Cáritas en San Antón de Pamplona. “Desde los servicios centrales valoran la utilidad y oportunidad para su desarrollo personal de realizar este tipo de actividad. Suelen estar alrededor de seis meses aunque en algunos casos se prorroga el tiempo de ocupación según las circunstancias. Hay gente que lleva más tiempo por sus características y porque se refundieron tres centros (Nazaret, Betania y Las Flores) que tenían sus usuarios y situaciones particulares”, admite Belén.
“El perfil ha cambiado muchísimo. Ahora tenemos gente de diferentes nacionalidades, del África susahariana como Nigeria o Senegal, marroquies, también españoles... en cada remesa (cada seis meses) cambian los porcentajes”, explican. No es un centro de inserción sociolaboral ni empleo protegido, es un centro ocupacional: “Es un instrumento que Cáritas tiene para ayudar a la gente a incorporarse al mundo laboral ordinario. Puede ser una experiencia laboral o el tiempo suficiente para arreglar otros asuntos administrativas, sobre todo el de personas extranjeras sin papeles. Al no ofertarles un contrato lo que hacemos es sostenerles económicamente con un trabajo, sin olvidar la parte importante que tiene lo ocupacional de apertura en las relaciones sociales, de llevar una vida normalizada, de horarios, de cumplimiento de una normas , aprender habilidades laborales...”. Un objetivo para el año que viene es la puesta en marcha de un programa de desarrollo personal con cursos de habilidades sociales y de promoción personal.
Parte de las instalaciones del taller se destinan a formación para el empleo vinculada a otro programa de Cáritas con aulas reservadas para talleres de geriatría, búsqueda de empleo y cocina. En el taller de producción reciben otro tipo de formación, además de la propiamente técnica, por ejemplo, aprender castellano (se deriva fuera del centro). Asimismo, en el taller de Burlada (frente al polígono Mugazuri) cuentan con cuatro trabajadoras sociales que les ayudan en todos los trámites administrativos, papeles, problemas con la vivienda, etcétera. Muchas de las personas que terminan son derivadas a los cursos de empleo: “No es tan fácil que encuentren un trabajo y que hayan solucionado el problema de papeles”.
equipo con voluntarios 10 personas contratadas (técnicos y trabajadores sociales), 25 voluntarios y 80 usuarios conforman el equipo humano. “Es cierto que sin los voluntarios este centro sería imposible, de hecho uno de ellos lleva toda del área de administración. Tenemos ingenieros haciendo la producción, expertos en electrónica que ayudan con los utillajes, pero tampoco quiero dejarme a esas personas que enseñan técnicas de artesanía, que les escuchan, les ayudan... y mujeres trabajando en el taller como voluntarias”. Los trabajadores sociales realizan a su vez trabajos de taller porque “la carga de trabajo es importante”. “Nuestra característica es la calidad y la flexibilidad en las necesidades del cliente. Y se controla el producto “desde que entra hasta que sale”, asume desde gerencia.
“Nuestra última aspiración” es que se puedan contratar directamente a estas personas en empresas normalizadas. “Algunos están perfectamente cualificados”. Este año dos personas han encontrado trabajo.
perfiles diferentes Son perfiles muy diferentes de exclusión social. No sólo hablamos de pobreza económica, también hay familias desestructuradas y con otras “problemáticas muy variadas”. Al centro llegan personas de muy diferentes países. Predomina el perfil de hombre de origen extranjero, en edad de trabajar, en situación irregular que no puede tener acceso ni a un trabajo normalizado ni a ayuda. “Gente que ha venido de sus países de origen por diferentes razones pero que han tenido una trayectoria laboral, y no se han encontrado en la situación que ellos soñaban”, abunda Paola Cerón, trabajadora social. “Tenemos otros perfiles de tipo ocupacional, personas que tienen algún problema de salud mental o discapacidad, con recursos económicos y sociales pero que necesitan alternativas a estar en casa o en la calle”, admite. Otro perfil lo componen familias monomarentales con niños a cargo que están solas, en algunos casos cobrando alguna ayuda. Tener una vida estructurada es mucho más importante que tener un trabajo, aseguran ambas. “De hecho, hay personas que se ofrecen a venir aquí sin cobrar nada porque resulta muy frustrante volver a tu casa para no hacer nada, ni siquiera tirar currículums porque legalmente no es posible. No vemos que mejore la situación y de hecho hay gente que vuelve, y tienen que pasar seis meses desde que salen para volver a entrar”, asegura Paola. La inmigración no cesa, sobre todo desde el África negra, y Paola vaticina un posible crecimiento en Navarra.
Dos usuarias, Paulina de Rumanía y Raimunda de Brasil, aprenden punto de cruz y ganchillo en el taller. Se han hecho amigas desde que empezaron, están satisfechas de la formación que reciben y la paga que reciben es un arrimo para subsistir. “El ambiente de trabajo es muy bueno y no hay muchas opciones si no dominas el idioma”, aseguran.
Empresas colaboradoras. Amaya Sport, Ángel Sarasa e hijos, Comersin, Elisenor, Esnasa, Estampaciones Mayo, Euroestampaciones, El Caserío, Gestamp Navarra, Icer Brakes, Industrias Lotu, Industrias Navarra del plástico, Industrias San Cristóbal, Insprovet, Jealser, Plis Plas, Saint-Gobain Abrasivos, Seinsa, Tasubinsa, Tómbola Cáritas, Valsay, Villa McLuyhan y Virena.
Diversidad de trabajos. Montaje de pequeñas piezas para dispositivos eléctricos y mecánicos; prensado, envasado, emblistado, etiquetado de productos..., recorte de piezas, soldadura por ultrasonidos, manipulación y preparación de productos alimenticios, revisiones de calidad y productos artesanales. Abarcan mano de obra del mundo del automóvil, el de la alimentación...
Horario y entregas. Recogen y entregan el trabajo en la sede del cliente, y acaban de estrenar un camión nuevo para facilitar la logística y la entrega que se une a otros dos vehículos. Los usuarios acuden de 9 a 14 horas y de 15 a 16.30 horas, y hay flexibilidad de horarios, por ejemplo para mujeres que sólo pueden venir por las mañanas por cargas familiares.